13 marzo 2009

Carta a mis amigos pintores



CARTA A MIS AMIGOS PINTORES


Iba por las calles viendo el esplendoroso andar de las mujeres

bellas, compungido por mi azarosa consistencia de venado;


a través de la campana de humo, que tarde o temprano tañerá

por nuestra retirada, hendía el prepotente sol


y nos tocaba con indiferencia las fibras aquellas que mueven

de un lado para otro nuestros estados de ánimo.


La belleza, por esta luminosidad fue puesta en evidencia.

Que la última palabra que yo diga se refiera a ustedes, que

hablando de mí mismo me diluya en puras manchas de color.


Vi la piedad y la sombra enmarcadas en épocas remotas

–llenos están los museos de piedad y sombra en oro.


Andando vi delante mío las caderas apenas redondas de las

paseantes y el atractivo mate de las perdidizas corvas.


Un millón de años no bastaría para delinear mejor algunos

cuerpos de muchacha.


Oh mediodía, oh más que momentáneo soplo del tiempo,

cabálgame, déjame cabalgarte, carga con todos nosotros en
tu lomo ligeramente espeluznante.


El sol nos pintará de un ocre claro la conciencia, andaremos

mostrando un derredor de luz, así seremos.


Mi inclinación me llevó por sitios que la pobreza no frecuenta;

fui dichoso con mansedumbre y con real sacudimiento;


fui sagaz ante lo que mi memoria hubiera querido ponerme

enfrente como un vidrio oscuro: me declaré nuevo y
puntagudicé todos mis sentidos.


En estas calidades de color y luz me vi estar con ustedes

enamorado de las cosas primitivas: el cuerpo, la ciudad,
el aire, el dardo de Cupido.


Un estruendo de pechos transparentes como un coro de

aleluyas me detuvo, fui obligado con gracia a ser poeta,
improvisé deleites, canté para que mi sangre nunca
envejeciera:


Que la sabrosa tierra nos vuelva a dar su fruto, que la

sabrosa ciudad nos dé su fruto, oh pechos eternamente
refrescantes, que lo que inventamos –porque lo
inventamos– nos devuelva la luz y la fresca, la cándida,
la sencilla posiblidad de elaborar la belleza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario