Porque esta estación era pasear con Alejandro, ir al Jardín Botánico y ver como los árboles mudaban sus vestidos, igual que las muchachas que salen a pasear sus primaveras a las calles. Igual se engalanan y se muestran alegres. Disfrutaba yo de su mirada, de su mano.
Un día de esos me dijo, con urgencia para que no se le escapara, déjame tu libreta y escribió este poema:
Y mi alma disfruta tanto, como si no anduviera sola.
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