17 julio 2009

.. en cada sorbo de ron





No cualquier ron, ese Pampero Aniversario que Alejandro bebió durante años. Llegaba a casa protegido con su abriguito de piel, ya fuera verano o invierno. Una bolsita de cuero que recubre su achatada redondez. Y que dan tentaciones de guardar, podría ser útil para atesorar monedas o secretos.

Hace unos días tuve antojo de esa bebida, necesidad, como cuando el protagonista de “Cerezos en flor” se pone la ropa de su mujer, después de la muerte de ella.

Y compré la botella, a David Cabello claro, el bodeguero de la calle Cervantes, el de Alejandro, el del poema Crepúsculo.

Y algunas noches, como la de hoy se me antoja un vasito, y paladeo el ron y tu recuerdo, entre el desorden de mi escritorio, de mi vida, la noche se va transformando.


4 comentarios:

  1. Hola, Milagros. Qué buenos recuerdos me agitaste. Qué ricas comidas y tardes con Alejandro y contigo ahí, en ese entrañable piso de la calle Cervantes, degustando ese roncito que alguna vez acompañé a Alejandro a comprar, y del cual me consigo con dificultad alguna botella de repente.

    Y cada vez que me tomo una copita, revivo esas conversaciones que más bien eran de mi parte escucha activa y siempre agradecida.

    Mil gracias por compartir ese momento, y por mantenerme en tu lista de envíos. Un beso, Enrique Vigil... pus es que también.

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  2. Esto que he leído hace juego con lo que pienso estos días... unos días raros, me ha gustado... como siempre sorprendiéndonos con cosas lindas para leer... Gracias ( :

    Un beso!

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  3. Que lindo desorden tiene usted en su escritorio, Sra. Milagros (y lo digo sin asomo de sarcasmo, con mi admiración)

    Si es asi su vida, comprendo como fue que Alejandro se fijo en usted.

    Un abrazo.

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  4. la noche se va transformando
    tienes toda la razon
    nos trasformamos entre la noche y ese ron que nos trae recuerdos
    un gran abrazo para usted gran dama.

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