29 enero 2010

.. cerca del cielo,


más cerca que nunca, el sonido de San Luis es un murmullo, y todo el panorama es un cuadro de Rothko, busco mi centro en su horizonte entre el anaranjado y el azul; un muro sólido y un cielo en el que las nubes se desplazan como silbidos de ángeles; tangible e intangible se intercambian sus densidades y alcanzo a tocar el cielo mientras el muro pierde su densidad.
Si alguien se pregunta qué busco, la respuesta es clara, nada, eso es todo lo que necesito.
No sé si tocan las campanas o tañe mi corazón, pero no puedo ser más clara pues suenan en todos los horizontes de mi alma. Cierro los ojos y alcanzo a ver que todos los azules se funden en una blanca cabellera. La tuya. Abro los ojos. Sueño.

Me cuelgo del cielo y brinco hasta ti.

Para Arantza que me protege en sus sueños.

3 comentarios:

  1. ¡Bellísimo!

    No sé, Milagros, de que San Luis hables.
    Pero en mi corazón, en mis sueños y en mi imaginación San Luis Potosí es mi paraíso personal.
    He sentido lo mismo que tu y ahí me he ecnontrado, nuevamente, con las personas que se han ido y que he amado profundamente... Sí, con sólo abrir y cerrar los ojos...

    Si no buscas nada, contínua... Tal vez lo encuentres...

    Enhorabuena, me has hecho recordar esa hermosa cabellera blanca que crecia como las ojas de su amigo el árbol...

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  2. Sí, hablo del mismo San Luis, San Luis Potosí.
    Me emociona que entendieras mi texto con tal precisión. !Que coincidencia en el sentir! Algo ha de tener esa ciudad.....

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  3. ¿Qué ha habido de bueno?
    El gesto.
    Lo importante ha sido el gesto.
    La actitud.
    La mirada.
    El despertar de todo
    lo que, de tan dormido,
    parecía hueco.
    Sentir la oportunidad,
    una vez más,
    de afirmar la vida con toda su fuerza.
    Entrar en el sueño de los sueños:
    ese, en el que nos reconocemos,
    tan amantes como amados,
    en el dulce equilibrio de paz.

    Arantza Salaberría

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