10 febrero 2010

.. en la desaparición de Esther Seligson


Las muertes repentinas me provocan, desde niña, estupor e incredulidad. A cada golpe de mirada al horizonte responde otro golpe de pensamiento "Esther ya no estará nunca". Y su presencia se hace cada vez más fuerte, como si estuviera al final del trayecto esperándome y me dijera: "no me habías dicho que me trajiste un regalo de España". Cierto, no te dije, era una sorpresa para cuando nos viéramos, un camaleón para tu animalario, pero no nos encontramos. Así que te espero esta noche o cualquier otra en la que caigas por mis sueños.

Esther columna, Esther maestra, Esther desencuentro.


Para saber más de ella:
En la página del INBA
En Milenio
En La Jornada

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