HAZ COMO YO
El corazón
es un disparate incorregible,
la boca una máquina de inventos,
la mano una estación del alma,
el pie una condición celeste
y el resto de las partes del cuerpo
maravilla de ver
y colofón de un sueño de aventuras.
Haz como yo:
saca tu corazón al pasto
a que las viborillas de tierra
lo enamoren.
No hay en esto peligro ni doblez;
lo recoges, lo limpias y lo guardas
en las pálidas arcas de tu pecho;
como yo.
Digo que somos dos cuando nos vemos
y en algunos momentos, a ciegas, somos todos.
Digo que así fuera
y no uno nomás, monologando.
Toco el yelmo de Rodrigo,
toco la cota de malla, si la tiene,
toco las crines de Babieca
y en la mano del hombre,
sin el guante,
toco una desesperación gemela
que me parte;
soy un historiador vencido.
Con la punta de la lengua,
caballero del asco,
toco la pasta de la imagen de una virgen
millones de veces lengüeteada
y bajo en el sabor de la saliva
al espíritu roto de otros tiempos.
Soy más nuevo que el sol.
Digo que somos cajas de zapatos
llenadas a la fuerza con suspiros.
Espolón de mis amigos y tristezas
rompo desde adentro el infinito.
Haz como yo,
que chiflo y toco el arpa
y a veces parece que me río.
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