06 abril 2009

Canto de la representación



CANTO DE LA REPRESENTACIóN

No nos gusta mucho decirlo
pero nos parecemos en oficio a los dedos de Dios,
para que entiendan. Yo era mayor que todas las
visiones posibles:
cuerpos, como quieran, humanos, inhumanos,
digamos árboles, mamparas, o agua y viento
y, bueno, lumbre.
Era muchos un día, para decir de qué manera
fui designado
a ennoblecer mi multitud de atrás y de adelante,
pequeña parte feliz, pequeño.

Igual que todos
como, duermo, etcétera, y lo demás que se hace
en la vida privada de las gentes.
Retrátame este instante, al cabo da lo mismo.
Esta es una cuestión
por la que yo respondo aquí,
y en donde quieran,
en la vida privada de las gentes.

No nos gusta decirlo, pero en verdad
(llegará el día en que todos los trapos
los saquemos al sol)
echados a vivir, acomodados, llenos de desconcierto,
pulimos nuestro gesto para dar cardillo,
¡qué hermoso!
y eso decimos
como si los dedos de Dios
tuviéramos palabras.
Porque al fin aquí está: bueno es
el amor humano
que así se representa
en uno solo
tantas veces.


Escúchalo en voz de Marta Aura:


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