08 marzo 2010

.. en un diálogo sobre la memoria


Cuando memoricé el poema "Con que ojos nuevos te veré vida", hacia años que no ejercitaba ese músculo y el proceso me resultó muy interesante, me surgieron cientos de preguntas. Al venir a México lo hablé con Marta Aura, deseaba que me contará su experiencia como actriz de teatro, tenía ella en esa época !tres monólogos en la cabeza!.

Ahora como si las preguntas se hubieran lanzado al infinito, encontré este texto de Alejandro en su archivo donde habla exactamente del proceso de memorización del actor, como camino para alcanzar, "situarse en el mundo del arte". El texto se refiere a la función de "La historia del soldado, del 12 de septiembre de 1993, que fue extraordinaria ... los actores habíamos logrado eso que en otras ocasiones he llamado inspiración; cada uno en su alma interna supo que había ocurrido ese fenómeno que justifica las labores arduas de la profeción teatral: la memorización; la afinación del oído para percibir los tonos del interlocutor y la capacidad de emisión de la voz para lograr esa especie de música que se instrumenta con las voces que dialogan y que consigue que lo dicho tenga un sentido para los espectadores...."

Y así desarrolla un ensayo intentando desentrañar las piezas que componen esa magia.
Aquí transcribo los párrafos que hablan de la memoria, en los que responde a mi curiosidad de inicios de año:


TEORÍA DEL SOLDADO
12 de septiembre de 1993

La memoria del actor ese músculo flexible y potente, pasa por varias etapas. Primero el actor ha leído el texto y ha fotografiado en forma más o menos inconsciente su totalidad, digamos que ha guardado un primer negativo, por así llamarlo, en los estratos internos de la memoria. En los trabajos que son de lectura como el radio, los doblajes, las locuciones de todo tipo, es muy común observar que los actores se equivocan a la hora de grabar exactamente en los mismos lugares donde se equivocaron en la primera lectura; las fallas quedaron retratadas en el negativo hecho en el momento de leer el texto, y su segunda o tercera lecturas son cada vez más superficiales y dependientes de la primera. En la lectura definitiva, la de la grabación, ya no sólo lee lo que dice el texto sino que está buscando en su bagaje interior las emociones y las sensaciones que le ayuden a matizar la lectura, a dramatizarla, a darle verosimilitud y, si se puede, belleza.

A continuación el actor lee el texto que va a memorizar haciendo una primera división de bloques de intención, de sentidos, de direcciones del discurso. ¿Por qué habla de esto? ¿A qué se refiere cuando dice aquello? ¿A quién habla? ¿Con qué objeto tiene que decir tal o cual cosa? Un montón de preguntas que tiene que ir respondiendo para hacerse una idea del modo como puede (y debe) abordar el personaje, porque si memoriza mal el trabajo de enderezar el sentido puede volverse demasiado pesado e ingrato.

El siguiente paso que ha dado el actor en la memorización del texto ha sido el de la acumulación y repetición de frases sin ver el texto anterior, que ya debe estar en un primer estrato de la memoria, sino viendo sólo el fragmento que va a incorporar. Ejemplo: una mañana; una mañana temprano; una mañana temprano de domingo; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris, salí de casa; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris, salí de casa y me dirigí al metro… etc. Ha vuelto, una y otra vez a hacer el ejercicio de repasar, con susurros, el texto, valiéndose para fijarlo de todos los elementos posibles de la memoria: el tamaño de las letras, las manchas del papel, la disposición del párrafo en la hoja, la cercanía de unas palabras con otras, las evocaciones que sugieren las frases, y un mundo, en fin, de sutilezas que en cada caso particular hacen el paisaje de la memoria.

No tan fácil es repetirlo ante los demás. Uno se siente muy bien con su conciencia porque ha trabajado, ha memorizado la escena que el director pidió, ha hecho su tarea y va muy orondo al ensayo. En el noventa por ciento de los casos lo que uno ya podía repetir a solas en voz baja sin ver el papel, como si se hubiera desvanecido huye y nos escatima la posibilidad de presumir de aplicados....

1 comentario:

  1. Lo que entendí al leer el texto, es que pasan muchas cosas al memorizar, te construyes, te transformas. Me construí poema, formo parte del poeta cuando lo repito.

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