30 julio 2009

.. en los treintadejulio



Ahora los treintadejulio pasarán por el hilo de la vida que me queda como cuentas de un collar. Inevitablemente, supongo.

2008

El treintadejulio del año pasado así amanecía Madrid desde el Hospital de la Princesa:



Y, por la tarde, volví a poner en su blog el poema de DESPEDIDA con el que lloré cuando me lo leyó un año y medio antes, y que se sigue llenando de comentarios que son flores ... que nunca se marchitarán.



2009


Hoy jueves, treintadejulio iré a saludar al ahuehuete del Retiro.

2004


Y encontré este treintadejulio en un archivo que escribía al llegar al trabajo titulado “PrimerPensamientodelaMañana.doc”:

viernes, 30 de julio de 2004
Hoy todo el trayecto fui yo. Me clavaron una pierna de madera que se está peleando con mi cuerpo, ninguno quiere al otro. La pierna no tiene flexibilidad y tobillo, rodilla y cadera chirrían y transmiten el chirrido a todo el cuerpo en forma de una congoja escrita con mayúscula. La pierna se expande ocupando las oquedades del cuerpo, clavándose como astillas. Propagándose como un eco el dolor, que se expandía por Quevedo, Lope y León. Salta la consciencia del baile, aceptado y recreado, del dolor. Respiro con profundidad y desvío el pensamiento hacia el exterior, los adoquines de la calle, un cara de frente, un taxi deseando un cliente, una brisa de aire fresco. El metro. El calor infernal del metro me mete de nuevo en el baile macabro. Respiro hondo. Respiro los gestos de los otros, sus movimientos, sus amaneceres, y se va diluyendo la angustia.

No recuerdo que fantasmas me atosigaban en esa época, fue un año antes del cáncer, un año antes de todo.



3 comentarios:

  1. Le aseguro que en este hilado de treintas de julio no va a estar sola.

    Un abrazo, Sra Remedios.

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  2. Pues ya somos dos. Tal vez nos veamos muchos treintas de julio, convocados por Alejandro y tal vez no, pero seeguro, seguro estaremos unidos (allá donde estemos) en torno a él.

    Te dejo mi regalo del 30 de julio de 2009:

    http://marcelogalvan.blogspot.com/2009/07/un-ano-sin-alejandro.html

    Un beso:

    Marcelo

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  3. A veces uno pierde la cuenta de las noches y los días, de pronto caen los 365 de un golpe, ya ha pasado un año...

    Querida Milagros, seré una mas, de los que estarán contigo para hilvanar el collar.

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