31 agosto 2009

Hidrología




HIDROLOGIA

Qué hondas grietas hay
en la esperanza
por donde se nos va
la vida
como agua de la lluvia
a formar
no sé qué lagos
subterráneos.


30 agosto 2009

.. en los homenajes del 2008 (IV)



El día 29 de agosto fue el homenaje en Zacatecas. Volamos desde el DF muy temprano. Escribí a los pocos días este texto, me lo pidió María Dolores Bolívar, y tomé fotos, así los recuerdos se esclarecen como la tinta invisible con el calor.




RECUERDOS DEL HOMENAJE A ALEJANDRO AURA EN ZACATECAS

Me pregunto si ese cambio de colores de Zacatecas era su forma de decirme: “yo también sufro la muerte de Alejandro Aura”. Puso de verde su desierto amarillo, y encargó a las nubes que cubrieran el azul intenso de su cielo. Era la primera vez que pisaba esa ciudad sin Alejandro, me dormí para que la tristeza no me arrastrara a sus cavernas.

Luego fui encontrado a los amigos, a Fernando del Castillo cuya sonrisa ilumina un día sin sol, a Eduardo Vázquez dispuesto una vez más a brindar por Alejandro, a Julio Trujillo que venía desde España donde fue testigo directo del canto que Alejandro fue capaz de hacer con el cáncer, a Juan Manuel de la Rosa que pintó tantas veces el ritmo de los versos de Alejandro, a Andrés González Pagés y a Armando Adame testigos de los primeros poemas de Alejandro. Todos ellos participaron en el homenaje guiados por el siempre discreto José de Jesús Sampedro. Me fueron arropando con abrazos y con palabras.

Mientras llegaba la gobernadora, Amalia García, coincidí en la sala de espera con una entrañable anciana, a la que había visto transportar desde el hotel en una silla de ruedas, dos mozos la bajaron y la subieron por las escaleras cada vez que fue necesario. Solo cuando me la presentaron me di cuenta de que la ancianidad era una máscara, pues sus ojos vivos y su cuerpo menudo eran los de una muchacha, pensé que iba a incorporarse en cualquier momento y ponerse a bailar. Era la escritora homenajeada en la Feria del Libro, Amparo Dávila. No sé cómo nuestra conversación de desconocidas desembocó en su lugar de nacimiento Pinos, Zacatecas, ¿Pinos? Por supuesto que lo conozco ahí me llevó Alejandro en una de las veces que hicimos el recorrido Zacatecas-San Luis, y ahí muy cerca comprábamos el mezcal que por litros llevábamos a España cada año. Pues ahí están las haciendas que fueron de mi padre, La pendencia y Saldaña, dijo ella. Recuerdo que Alejandro me hablaba de esas haciendas, y de como el negocio del mezcal se había venido abajo. Amparo también me contó esa historia, desde su punto de vista, lo que pasó es que a ella que era la única heredera no le interesó nada el negocio, solamente la literatura.

Confieso mi perplejidad por la coincidencia, Saldaña era el lugar en el que parábamos y cargábamos el coche con bidones de plástico rellenos del oro líquido, ese que luego compartíamos especialmente con los amigos mexicanos en Madrid, aunque poco a poco los españoles se fueron aficionando también a ese mezcal seco del desierto. Llegamos a atribuirle propiedades anticancerígenas.

Son esas coincidencias que tanto acontecían entorno a Alejandro y que siguen sucediendo, esas cosas raras que inevitablemente me llevan a pensar que quizá sí existe una armonía en el universo y de lo que Alejandro se reía.
Llegó la gobernadora, acabamos la plática, comenzaron los homenajes, las palabras de Amalia García tuvieron esa calidez que la caracterizan. Después brindamos con mezcal, y me di cuenta de que ese sabor me hace sentir en casa junto a Alejandro. Dormí tranquila.

Al día siguiente salí de Zacatecas, disfruté una vez más de esa carretera sin fin, sin curvas que lleva a San Luis. En el coche íbamos Fernando del Castillo, Eduardo Vázquez, María Aura y yo escuchando los poemas de Othón “El Idilio Salvaje” y "Pastoral" en la voz de Alejandro Aura, disfrutábamos los armoniosos huizaches, la esbeltez de las palmas chinas, los inacabables nopales del desierto verde limitado por montañas lejanas con hilachas de nubes. Un sector de arco iris apareció en el horizonte, llegábamos a Saldaña. Paramos, nos dieron mezcal para probar y casi una hora de deliciosa plática. Compré diez litros para brindar en el homenaje que se le hará en Madrid, !por Alejandro!.

Milagros Revenga
Viernes, 12 sep2008


29 agosto 2009

1969



1969

A Germán Castillo

Después de la
cuenta regresiva
se elevó
la imaginación
por el vacío;
en la luna
se recogieron
muestras
para
poder
seguir amando.



NOTA: Poema no dedicado en "Poesía 1963-1993"-Alejandro Aura

28 agosto 2009

.. en los homenajes del 2008 (III)


Hoy hace un año del homenaje en el Palacio de Bellas Artes. No tengo ni la invitación ni fotos solo la memoria. Veo la inmensidad del lugar y el gran telón, imágenes y palabras, se huye de lo institucional, de lo acartonado, sé que detrás está la mano de Enzia Verduchi y la de Enrique Strauss, los dos trabajaron con él, y aquí construyeron un ambiente que me hizo sentir a Alejandro.

De todo lo que se leyó, incluyo hoy el texto de Marta Aura. Lo leo y oigo su voz, cálida, emotiva. Resuenan fuertes y largos aplausos. Gracias Marta.

Buenas noches, escribí estas líneas acerca de Alejandro aunque yo no soy escritora ni nunca lo he sido, yo, como actriz solo sé sentir, y lo que siento ahora es una infinita tristeza que nunca antes había sentido.

A pesar de eso quise estar aquí para decir algo acerca de lo que significó Alejandro para mí, y hablar un poco de su historia que sin lugar a dudas soy la que convivió más años con él, sólo porque fui su hermana mayor.

Fueron 64 años en los que compartimos tantas cosas. Por principio de cuentas nuestra infancia que fue muy dolorosa por pertenecer a una familia disfuncional y con muchas carencias de todo tipo, nuestras primeras inquietudes hacia la poesía primero; yo, sólo declamando y él, declamando y escribiendo desde que era un adolescente. Nuestros primeros acercamientos al mundo del arte: cuando nos metimos al INJM, que dirigía mi querido Xavier Rojas, él vivía en el mismo edificio de departamentos de Gabino Barrera No. 3, donde pasamos nuestra infancia y nuestra adolescencia, en la Colonia San Rafael, no como han dicho en muchos periódicos que en la Colonia Obrera, esa ni la conocíamos entonces. Xavier ya era un hombre cuando nosotros aún éramos niños, pero nos llamaba la atención el que hubiera tantos jóvenes que iban a ensayar a su departamento, ahora que lo pienso tal vez por eso fuimos a dar al INJM, no lo sé, Alejandro era siempre el que habría las puertas y yo su seguidora, porque aunque soy su hermana mayor nunca me sentí así, yo siempre lo buscaba para consultarle mis pasos a seguir y no es que me dijera qué hacer, simplemente era una necesidad mía de mantenerlo informado de todo, todavía en mi último viaje a Madrid unas tres semanas antes de que muriera, nos sentamos a platicar muchísimo, y me preguntó por todos y cada uno de mis hermanos, de mis hijos, de los hijos de todos, hasta el último momento yo fui su informante, y no solo de la familia, también de los amigos y de los compañeros del medio, así que todos aquellos que piensan que él ya no supo nada de ustedes, quiero decirles que sí supo que yo le conté, claro que desde mi perspectiva. Alguna vez cuando éramos jóvenes me dijo que yo escribiría su biografía, cosa que veo difícil, no sé como podría escribir una biografía si con trabajos pude escribir esto.

Nos fuimos a vivir juntos María Elena, Alejandro y yo, él tenía 16 años, y medio, yo 18 y Ma. Elena, la grande, 21. La verdad ahora que lo veo a la distancia éramos muy jóvenes pero entonces nos sentíamos adultos y dueños de nuestro futuro, y así, empezamos a vivir con una gran intensidad.
Teníamos una madre muy estricta que no nos dejaba ni siquiera tener la luz prendida después de las 10 de la noche, así que ya se pueden imaginar lo que era para nosotros la libertad de leer hasta que se nos diera la gana, sin tener a nadie que nos dijera “apaga la luz”, así que, pasábamos las noches enteras leyendo, tomando café y discutiendo los libros de tantos grandes escritores. Así fue como descubrimos a Fuentes, a Sartre, a Camus, a Hesse, a Paz, allí empezamos a soñar con un futuro maravilloso, teníamos todo para lograrlo, bueno al menos eso era lo que creíamos entonces y en ese sentido pienso que Alejandro lo logró, y yo sigo aquí luchando por alcanzar algo de mis sueños, cuando consiga lo que quiero habré cerrado mi ciclo y entonces lo alcanzaré, mientras tanto me mantengo como él dice: “construyendo lo que sigue”.

Lo recuerdo todas las noches contando las sílabas con las manos, dando pequeños golpecitos en la mesa para medir sus versos. Fueron años muy intensos como ha sido toda nuestra vida. No creo que nadie que la haya compartido con él no confirme esto, fue un hombre que vivió con una gran intensidad, amaba cada día que vivía y lo disfrutaba de verdad, allí está hasta el penúltimo día de su vida, en el blog, que todavía se atrevió a decir desde el hospital: mañana les cuento como andan las cosas por acá.

Empezamos a trabajar haciendo teatro clásico español en el Canal 11 de T.V. Entonces él era muy amigo de Sergio Jiménez, con él compartíamos hasta nuestros primeros sueldos.
Fueron épocas muy difíciles económicamente hablando pero llenas de entusiasmo. Luego entramos al Instituto Nacional de Bellas Artes a estudiar la carrera de Arte Dramático.

También participamos en el movimiento del 68, como la mayoría de los jóvenes de esa época, movimiento que nos marcó para siempre. No puedo olvidar el día en que los soldados nos sacaron del Zócalo. Estábamos allí en pequeños grupos, cantando con Óscar Chávez acompañado por su guitarra, Tehua también cantando con su delicada voz y de repente se abrieron todas las puertas del Palacio Nacional y tuvimos que echar a correr por todo 5 de Mayo y recuerdo a Alejandro con una bocina tranquilizando a los compañeros, pidiéndoles que se dispersaran, que se fueran a sus casas que no provocarán, después nos fuimos al Sanborns de Lafragua para comentar, en ese entonces era uno de nuestros refugios. Nunca olvidaré todas esas marchas, quizá la más impresionante para mí fue la del silencio y de milagro no estuvimos en Tlaltelolco, de eso, por lo menos a Adam y a mí nos salvo nuestro hijo Simón, que no tuvimos con quien dejarlo, razón por la que no asistimos.

Hicimos de todo para sobrevivir, bueno quiero decir, en cuanto a negocio. Me acuerdo cuando pusimos la Boutique que por supuesto se llamaba “Aura”, siempre nos gusto nuestro apellido, hacíamos la ropa con nuestras propias manos, en ese negocio éramos los tres, Adam mi marido en ese entonces, Alejandro y yo. A mí me tocaba coser la ropa y ser la vendedora, y a Alejandro y Adam, diseñar y cortar, comprábamos telas muy finas, sedas y crepes en la Casa Armand, porque según decía Alejandro todo tenía que venderse carísimo para que ganáramos mucho dinero, él siempre pensaba en grande, desafortunadamente fuimos un fracaso, pero como el lugar ya estaba allí en Mariano Escobedo, muy cerca del Seps, donde venía casi todos los días Efraín Huerta que en esa época era muy amigo de Alejandro, se hacían unas reuniones muy ricas, así que para no dejar el lugar a Alejandro se le ocurrió que se convirtiera en Galería, y se asoció con Carlos Bracho, no se vendía nada tampoco, pero esto se acercaba más a nuestras inquietudes. Allí empezamos a hacer lecturas de poesía y presentación de libros.

Para esto ya se había casado y divorciado dos veces y había tenido a su hija Cecilia que desafortunadamente se le adelantó y murió el año pasado en Noviembre. Ceci, era hija de Elsa Cross que fue la primera esposa de Alejandro, ellos se conocieron en el taller de Arreola, al que asistían también José Agustín, Agustín Monreal, Andrés González Pagés, Juan Tovar, todos ellos muy amigos de Alejandro.

Un pequeño fragmento de su libro “Volver a casa”, les mostrará como éramos entonces:

Nos convidábamos agua
unos a otros;
el que tenía sed
abría el grifo
por donde la buena voluntad
de los demás
salía;
luego le agregábamos azúcar
y zumo de limón
y nos bebíamos la frescura
de nuestras comuniones.
Así éramos,
no os quepa duda.


Luego le dio por irse a viajar a conocer el mundo, mientras tanto yo seguía con Adam haciendo teatro, bueno en realidad Alejandro hizo muchas cosas en el transcurso de su vida y yo sólo teatro, bueno, también cine televisión y radio, todo lo relacionado con la actuación, ni los negocios ni nada más se me da. Bueno eso y ser madre, porque me siento muy orgullosa de lo que son mis hijos.

Cuando regreso de conocer el mundo; se casó con Verónica Langer, la madre de su hijo Pablo y se vino toda la época del SAI, que fue muy dura para todos nosotros porque perdimos mucho trabajo y una vez más nos decepcionamos de los movimientos, bueno, al menos yo; esa fue la única vez que sentí que Alejandro se había molestado conmigo cuando me regresé a la Anda, pero yo tenía que trabajar, además de que había dejado de creer en el movimiento, de entonces empezó su hermandad con Arturo Beristáin, que luego lo acompañaría casi hasta el final.

Después de separarse de Verónica Langer, se encontró con Carmen Boullosa que sería su compañera de 20 años con la tuvo a María y a Juan, sus pequeñitos. Con ella estaba cuando fue director de Teatro y Danza de la Universidad, juntos pusieron el negocio del Cuervo en la Plaza de la Conchita, luego se siguieron con El hijo del Cuervo que fue de gran éxito. Carmen y Alejandro fueron una buena mancuerna, pues se impulsaron mucho y los dos crecieron artísticamente.

De allí para el real, por lo menos en su caso, todo fue recoger frutos de tantos años de trabajo, sus programas de Televisión en el Canal 11 y en el Canal 13, sus programas de Radio, sus éxitos en El hijo del Cuervo, con su bululú, con Andrés Bustamante, con su espectáculo de Agustín Lara, con las Aureolas, en fin, hasta llegar al Instituto de Cultura que le propusiera el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, que lo apoyó y continuó su amistad hasta el último momento.

En el Instituto de Cultura también hizo grandes cosas, que ya se han mencionado mucho: Los conciertos en el Zócalo, los libros Clubs, el Faro de Oriente, el teatro en Atril, siempre se le estaban ocurriendo cosas. El concurso de Teatro Clásico Griego a nivel Nacional que culminó en un viaje a Grecia con el grupo ganador de Querétaro, esta creo que fue una sus tristezas porque no pudo acompañarlos a pesar de que era uno de sus sueños, ir a Grecia, pero tenía que cumplir con otros compromisos, todavía en estas últimas pláticas que tuvimos en Madrid me dijo que a lo mejor en una de esas se podía ir ahora sí a Grecia para no quedarse con las ganas o tomar un buque de carga para venir a Tijuana a un hospital de medicina alternativa, de esto, todos los que leíamos el blog nos enteramos; siempre soñando hasta el final.

Me parece que pocos han hablado de este proyecto teatral y me sorprende, como si fuera un proyecto menor, no sé porque, será que como siempre el teatro casi a nadie le importa mucho, tal parece que el teatro fuera el patito feo del arte. Yo agradezco todo lo que se haga por él. Y creo que fue la única vez que yo recuerde que se hizo Teatro con presupuesto del Gobierno de la Ciudad, y no obras solo para entretener sino teatro clásico para el pueblo, con funciones a reventar y con actores de la talla de López Tarso haciendo un Edipo Rey. Temporadas largas no de un estreno y otro y otro, se trataba de que la gente se acercara de verdad al teatro clásico. Este era el inicio de un proyecto a largo plazo, después se seguiría con el gran Teatro Universal, luego el Teatro Moderno, hasta llegar al Teatro Mexicano. Desafortunadamente no le alcanzó el tiempo para todos esos planes porque le redujeron el presupuesto y se quedó trunco su proyecto, pero allí está como reto para que otro lo realice. Esta fue la razón por la que renunció al Instituto de Cultura. No le interesaba estar atrás de un escritorio cobrando un sueldo por no hacer nada, esto no iba con él.

No es que nos viéramos ni habláramos diario como otros hermanos, cada uno siempre estaba resolviendo su vida como mejor podía, sin embargo yo asistía con frecuencia a sus comidas de los domingos en Tiépolo, y también procuraba estar en Navidad o en Año nuevo. Y luego vino su partida.

Aquí me permito leer otro fragmento de “Volver a casa”

Un día
abandonaremos
la ciudad de México;
la dejaremos en pie y desierta
para que
las conjeturas
crezcan,
y nos iremos a fundar
en otra parte
nuestras maravillas.


Se fue a Madrid al Instituto de México en España, y allí vino su encuentro con Milagros que sería su última esposa y compañera hasta el final de su vida, una mujer desde mi punto de vista admirable, pues le hizo el camino fácil todos estos años que duró su enfermad. Yo le decía y creo que no sólo yo, sino muchos más que pensamos lo mismo que Milagros era su “Milagrito”.
Este poema que escribió años atrás se lo debió haber escrito a ella, yo creo que ya sabía que se la iba a encontrar:

Por eso, pequeñita,
platito de arroz,
mientras mi corazón estaba seco
me levanté contento
a quererte con los pies y con las manos,
me levanté otra vez sonando mis tambores.
Dirás que no,
pero hoy me levanté a quererte
y a que tú me quieras.


Y se fue a fundar otras maravillas allá a España, y por supuesto hay otras personas que tendrán mucha mayor información que yo. Su gran amistad con María Cortina, que fue la que le presentó a Milagros. Fernando del Castillo, que viajaba a ver a Alejandro constantemente y no se diga sus dos amigos que lo acompañaron durante larguísimos períodos de su vida, los pintores Juan Manuel de la Rosa y Octavio Vázquez.
El apoyo que recibió de la gobernadora de Zacatecas: Amalia García, que fue invaluable.
No quiero dejar de mencionar a sus dos grandes amigos y médicos de cabecera Luis Molina y Roberto Beltrán.
Sólo me queda decir que amé a Alejandro y que su muerte me ha causado un gran dolor, y que ahora no sé quién podrá ocupar su lugar, me siento huérfana, porque aunque mis padres hayan muerto hace muchos años, mientras estuvo Alejandro nunca me sentí así hasta ahora.
Así que me despido de ustedes y como dice él en su poema “Despedida” que ya casi todos conocemos:

Y nos vamos a nada limpiamente como las plantas,
como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo
y luego, sin rencor, deja de estarlo.


Agradezco al Instituto Nacional de Bellas Artes y a todas las personas que han hecho posible todos estos homenajes dedicados a Alejandro Aura.
Me siento muy agradecida y muy orgullosa de haber sido su hermana.

Marta Aura.
28 de Agosto de 2008.

27 agosto 2009

Antiácidos lisérgicos y vitaalmínicos




ANTIÁCIDOS LISÉRGICOS Y
VITAALMÍNICOS


Hoy he elegido
para mis títulos futuros
la genialidad,
lo siento:
pero la quiero
a lo pelón,
aunque me lleve
todos los años
de mi alma
y todos los sueños
de mi tiempo.



NOTA: Poema no incluido en "Poesía 1963-1993" Alejandro Aura

26 agosto 2009

.. en los homenajes del 2008 (II)


De este artículo lo que más me gusta es el vínculo que establece el autor entre Alejandro y Juan García Ponce, porque esa relación la hicé yo en algún momento de los tres años de enfermedad. Caí en la cuenta de que la historia de Alejandro, una enfermedad terminal que se alarga mucho más de las espectativas dadas por los médicos, era similar a la que él me narró varias veces con admiración, la historia de García Ponce. Nunca se lo dije. No era necesario.


José de la Colina
Los inmortales del momento
El bloguero se fue...


Un blog es un correo de cartas sin papel ni tinta, de cartas escritas en el mero ondulante aire y en un silencio acaso apenas contrariado por un rumor de dedos que teclean. Un blog posee tal inmediatez, tal velocidad, tal eléctrico poder que de pronto las palabras que habían fluido silenciosamente en la pantalla pueden descargar un estruendo como el del trueno que sigue a ese ruido de tela rasgada soltado por el relámpago.

Día a día desde hace algo más de un año, el tiempo en que empecé a llevar trato con la Internet, acostumbro comenzar la sesión ante la pantalla de la laptop buscando los mensajes que me estén destinados; luego busco las noticias en los espacios electrónicos de los periódicos; luego aún, busco el blog escrito día a día por Alejandro Aura desde su casa o desde un hospital de Madrid y en el que publicaba sus poemas, sus comentarios de lector o de espectador de cine, sus recetas de cocina mexicana, algunas veces sus opiniones sobre la vida política de España y de México y del resto del mundo, y, siempre, la crónica de su heroico y casi alegre combate con el íntimo, el nefasto, el roedor ángel del cáncer, y, para terminar (momentáneamente) su “talacha” cotidiana en el blog, ponía allí su infaltable poema diario. Y ese misceláneo río literario iba desde la pantalla de escritura a las de sus innumerables amigos también blogueros dispersos por el mundo.

Yo, por más que no quisiera, veía venir el final, me decía que tendría que ocurrir un día, pero no había pensado que se manifestaría como un brutal estruendo paradójicamente silencioso en la pantalla de la laptop en la que, día tras día, me llegaba su tan animado correo. Y ahora he aquí que eso ya ocurrió la tarde del miércoles 30 de julio, apenas hace unos días, cuando abrí como de costumbre el blog de Alejandro y lo primero que la pantalla me presentó fue un breve párrafo que habrán tecleado su esposa Milagros o su hija María tan sólo unos minutos después de que habrán cerrado los ojos de Alejandro aún asombrados del suceso:
“Hoy, a las cuatro y media de la tarde, de Madrid, Alejandro se fue, y en este blog que le hizo seguir adelante cada día nos dejó sus palabras para siempre.”

Así es: el blog, al parecer su última razón de ser como escritor, le había hecho continuar su vida llevada adelante de día en día. Y recordé a Juan García Ponce, paralítico, dictando con la cada vez más apagada y esforzada voz, pero escribiendo, pese a todo, día tras día también; recordé a Juan que insultándonos de puro cariño nos gritaba a los amigos: “¡Yo no voy a dejar de escribir, cabrones, porque día en que deje de escribir, día en que moriré!” (Juan y Alejandro: qué héroes de la escritura, qué tenaz y alegremente continuaban escribiendo, como si la escritura fuese un modo casi alegre de perpetuación de la vida.)

Ahora, irremediablemente, el poeta de la vida cotidiana elevada a mito personal y a fábula de amigos, el histrión de los tablados y de las pantallas, el alegre combatiente y puntual cronista de su cabrón interior enemigo, el cáncer, se ha ido. Y ya no sólo las pantallas de Internet sino también esas otras pantallas, pero de papel: las de los periódicos, nos notifican que el hombre de los mil y un entusiasmos y los mil y un amigos, Alejandro Aura, histrión, cuentista, cronista, poeta, dejó de teclear su cordial blog allá en un hospital de Madrid.

En el recuerdo lo veo vivaz, delgado, de grandes ojos, de airoso mechón de cabello cano como un ala blanca aleteando sobre la frente, y con asesino puro habano en los incautos labios. Lo oigo diciendo con buena altisonante voz de actor la literatura suya y las de otros, antiguos y actuales. Lo recuerdo con su cordialidad briosa y su generoso sentido de la gastronomía y la comensalidad (gran embajador en España de la cocina mexicana, se adivinaba su sonrisa feliz cuando emprendía el blog diario con alguna frase como, por ejemplo, “Hoy tenemos romeritos”). Y releo un mensaje electrónico de hace años: “Tienes que venir, Pepe, tenemos que pasear la noche madrileña en compañía de los hermosos fantasmas de la Fortunata y la Jacinta hijas de don Benito, tenemos que vocear junto a Ramón la suave patria de mi tierra y tu trastierra (como tú dices), y luego, en la mañana aún friolenta, ‘parar’ en la entrada a Lardhy a saborear unas tiernas croquetas y un caldo resucitador de muertos”.

Ahora sucede que se fue... Pero queda su escritura que le prolongó la vida en carne y hueso y ahora le prolongará la vida virtual, así que esta noche le rendiré silencioso homenaje releyéndolo en su mejor obra en prosa: La hora íntima de Agustín Lara (Ediciones Cal y Arena, México, 1990), en la que dejó escritos algunos de sus días de niño de barrio, aquellos en que comenzaba a aprender el mester de poesía oyendo por la radio los boleros en los que Agustín Lara decía que el hastío es pavorreal que se aburre de luz en la tarde, y Alberto Domínguez decía (como ya antes dijera Baudelaire casi con las mismas palabras) que el mar es espejo de nuestro corazón.

Y un día, hace pocos días, Alejandro había escrito en su infatigable blog este poema:

Todos los días sucede/ que un hombre despierta en la mañana./ Pero la historia es lo de menos/ porque sabemos/ que en todas partes el amor sucede/ y suceden el odio y la paciencia,/ más visibles apenas que las flores/ pero igualmente alentados por la lluvia./ Todos los días los ojos de alguien/ se cruzan con el cuerpo del rayo/ y se agigantan./
Una mañana se levanta triste: este puñal es mío./ Y sucede que todas las campanas/ se ponen a tocar, furiosas, a su puerta.


(Publicado en Milenio Diario el domingo 3 de agosto de 2008)
(Publicado en Letras Libres el 19 de agosto de 2008)


25 agosto 2009

Corrector de estilo




CORRECTOR DE ESTILO


Relleno siempre con pluma
los huecos que quedan
entre las piezas
mal acomodadas
del rompecabezas.
Es que
no sé contar mi vida.



24 agosto 2009

.. en los homenajes del 2008 (I)



En agosto comenzaron los homenajes, y se dijeron muchas cosas sobre Alejandro, buenas claro, evidente, eran homenajes. Los medios también le dedicaron espacio y tiempo. Me fueron llegando esos documentos que archivé en la carpeta “Sobre Aura”. De ahí voy a ir sacando los que no he compartido en este blog. El principal valor que para mí tienen es que son piezas que me permiten componer el rompecabezas AlejandroAuraMéxico, que tanto me fascina. La pieza central la componen los cientos de comentarios que después de su muerte se escribieron en su blog, y todavía siguen llegando.

Gracias Rosario.

Aura


A Milagros con cariño
Rosario Robles


Alejandro era un aura para sus amigos, para quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, de tratarlo, de quererlo.

En la campaña electoral de 1997, Cuauhtémoc Cárdenas propuso recuperar las calles que, por aquellos años, les habían sido arrebatadas a los capitalinos por la delincuencia y también por intereses privados que lucraban con los espacios públicos. Llegado al gobierno convirtió esa promesa en una de las principales líneas de acción, pero lejos de lo que se estila ahora con el ejército o de esquemas de tolerancia cero, concibió a la cultura como una de las vías (la otra sería la recuperación de esos espacios a partir de su rehabilitación y la afectación de las mafias que los controlaban) para reconstruir el deteriorado tejido social, fomentar la convivencia pacífica, y devolverle centímetro a centímetro la ciudad a sus habitantes. En este proyecto, Alejandro Aura jugó un papel fundamental. Ese hombre de voz gruesa llegó con una alforja cargada de sueños y convirtió lo que era una dirección concebida más para la burocracia por los anteriores gobiernos en un instituto que inundó la ciudad con una diversidad de manifestaciones culturales. En este proceso, la Plaza Mayor se transformó y ha sido a partir de entonces, ya no sólo lugar para la protesta y la política, sino el mayor escenario cultural que ha habido en el país. Gracias a su iniciativa, que combinaba perfectamente con la concepción que desde el cardenismo se promovía, en ese maravilloso Zócalo se dieron cita el canto, la danza, la música y, en la más pura tradición popular, el cine. Allí estuvieron quienes con sus letras y sus voces han acompañado las luchas libertarias de América Latina, pero también cantantes y grupos de rock que concitaron la presencia masiva de los jóvenes, los mejores espectáculos del Festival del Centro Histórico que, por primera vez, compartía lo que se exhibía en lugares privados, expresiones alternativas como el tecnogeist o Love Parade y la música underground, hasta las bandas más populares. Muchos se dieron cita en esa monumental plaza y cientos de miles de hombres y mujeres, de los más diversos orígenes y sectores sociales, además de tener acceso a todo ello, lograron vencer el miedo y empezaron a recuperar la ciudad.

Pero su iniciativa no quedó ahí. En las esquinas se promovió el teatro en atril, se fomentó la poesía y se reunió para hablar de ello a los mejores, se llevó el cine a las delegaciones, se crearon más de mil libro-clubes (ubicados sobre todo en las zonas populares) y, gesto característico del cardenismo, se acogió y se le dio refugio a escritores perseguidos en sus países, idea patentada por la prodigiosa Carmen Boullosa de la mano de quién ya para entonces le había impreso a la cultura este sello tan particular. Muchas y muy variadas fueron pues las expresiones culturales que Alejandro fomentó o compartió porque como el gran promotor que era jamás le negó el apoyo a las propuestas de otros que, desde la sociedad civil, acudieron a su gobierno para impulsar eventos como la Rosca de Reyes, el festival del pan de muerto que convirtió al Zócalo en un gran altar, o el ajedrez que hizo de ese lugar un gigantesco tablero ganándose para nuestro país todos los récords. Pero además de esta faceta, no se puede dejar de mencionar otras también características de este mexicano ejemplar: la del gastrónomo al que gustaba de compartir su casa pero sobre todo su mesa, deleitando el paladar de sus invitados con platillos de su creación, la del artista que nos sedujo con sus cuentos y poemas (recientemente, su blog fue siempre un punto de contacto, la posibilidad de tenerlo cerca) pero, de manera especial, la del amigo. El hombre que siempre tendió la mano, que jamás regateó afectos y cariños, el que nunca (por convicción de esa que se trae muy adentro) levantó el dedo flamígero porque era antes que nada un libertario. Alejandro fue un aura para sus amigos, para quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, de tratarlo, de quererlo. Fue un hálito, un soplo, un aliento que envolvió al Distrito Federal para lograr que esta maravillosa ciudad de los palacios nunca más fuera igual. Pero no por sus desdichas, sus infortunios, o sus muertes, sino por su cultura. Gracias Alejandro, tú te vas pero tu halo, tu luz, aquí se quedan.

Ser… o neceser
Otra muerte nos golpea fuerte como si con una no bastara. Se fue también Víctor Hugo Rascón Banda. Cuánta pérdida para nuestro país.

Agosto 2008


23 agosto 2009

Astrología



ASTROLOGIA


Deísta
y concupiscente
como si fuera
la primera vez
que nazco.

¡Qué desorden
el que hay
en las estrellas!



22 agosto 2009

.. en Radio UNAM: Ulises recorre México (II)


Esta mañana me levanté con Ticututicu rondándome la cabeza. ¿Dónde habrán ido a parar él y todos los demás: Dinerico, Alfa, Mencía, Damián, el licenciado Moratín, Doña Calipso y el propio espíritu de Vasconcelos?. En fin, que ya me había emocionado con las increíbles aventuras y desventuras de este grupo y se acabaron, creo que así sin más, pues confieso que el último día programado, el siete de agosto, no estuve pegada a la radio, bueno al ordenador, escuchando Radio UNAM, a las 14h+7h de Madrid.

Todo empezó por querer escuchar la voz de Alejandro, por saber si podría reconocerla que sí, como Marcelo había augurado. Y me enganché a sus locos, divertidos y culturales tejemanejes. Me reía a la vez que aprendía. Todo lo iban trenzando, lo ligero, lo profundo, lo serio, lo divertido, lo actual, lo histórico, los efectos especiales, la música, las palabras y qué riqueza de lenguaje, qué dicción, qué voces inolvidables la de esos variopintos personajes.

Eso sí nunca supe que pintaba Ulises en todo esto. Y seguro tantas otras cosas me dejé en el tintero, como me pasa con el albur, se me escapa.

Con este radiodrama recuperé la magia de la radio de las tardes de infancia. Grabé (de calidad másomenitos) unos cuantos para compartirlos:

del 27jul2009:
del 28jul2009:
del 29jul2009:
del 30jul2009:
del 04ago2009:

Supe de Vasconcelos, entre otras cosas que fue el creador del lema de la UNAM: "Por mi raza hablará el espíritu", que tanto me impresiona. Ya solo me queda entrarle a sus memorias:



21 agosto 2009

Desconcierto



DESCONCIERTO


Amor,
imagen última
de una especie de primavera
pervertida,
¿qué cosa es esta semilla
que me dejaste
entre los labios?



20 agosto 2009

.. en Hidalgo y en el blog "La cultura es así"



De nuevo fue el “tío google” el que me chismeó estos asuntos.

Primero que se podrá encontrar a Alejandro en la Feria Universitaria del Libro de Hidalgo, dice así la noticia “en memoria de Alejandro Aura y Emilio Carballido” y para leerla completa:

El Sol de Hidalgo: Inauguraron la Feria del Libro

Busqué más información en la página de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, donde leo que “que se realizará del 13 al 23 de agosto en la explanada de la Plaza Juárez de la ciudad de Pachuca”.

Quizá todavía algún lector de este blog alcance a contarme algo más, porque viva allá o fue a pasear o a participar a la Feria. Quizá.

Confieso que tuve que buscar en el mapa de la República para localizar con exactitud el estado, y preguntarle a Gema, mi nueva compañera de piso, mexicana imprescindiblemente, cómo es Hidalgo, igual que le hubiera preguntado a Alejandro, para construirlo en mi imaginario.

Y el segundo asunto es la existencia de este breve vídeo de un conciso blog llamado "La cultura es así":

Le extrañamos mucho maestro Alejandro Aura.

Del que no he obtenido todavía más información que la que el propio vídeo da.

Quizá, se me acaba de ocurrir, lo uno esté hecho para lo otro. Y la casualidad los juntó hoy en la entrada de este blog. Quizá.

19 agosto 2009

Poética



POÉTICA

Éntrale,
verás arder
el sol
y te calentarás
con sus verbos
amorosos.
¡Éntrale!


18 agosto 2009

.. en el baile de Los Aniversarios




Después de escribir el texto de hoy he retitulado “Los Aniversarios” este dibujo que Ale K. nos regaló:



Andan rondando los Aniversarios, como si tuvieran vida propia, de lejos son solo ruido tenue, pero según se van acercando se distingue su cuerpo todo cara y delgadas extremidades, ojos como platos y sonrisas como sandías, con gesto de aquí estamos de nuevo, ¿no nos recuerdas? a ver, a ver... qué sucedió en tal fecha como hoy de hace no sé cuántos años. Y entonces, la memoria se pone a trabajar contenta del reto, y te da la respuesta, en forma de pregunta te la da: “¿no fue por estas fechas la primera sesión de quimioterapia?”.

Te levantas en busca de la carpeta etiquetada como “médicos y alternativas” y lees en un informe del Hospital de la Princesa: “Con fecha 18 de agosto de 2005 se inició tratamiento de Quimioterapia con la asociación Taxol y Carboplatino con intervalos de tres semanas habiendo recibido hasta la fecha un total de …”.

Y la danza de los Aniversarios me lleva a buscar en los cuadernos del año pasado. En Madrid, en un paréntesis de viajes a México, escribí:

18ago08 12:44

A todos.
Debo estas palabras a todos lo que han estado pendientes de Alejandro, quiero deciros que estoy tranquila, tengo un estado de paz que me asombra y pienso y me pregunto ¿a qué se debe? Y voy encontrando múltiples repuestas:
1. Los miles de palabras conmovedoras que han llegado al blog o al correo, palabras vuestras, que se dirigen a él, a veces a mí.
2. Porque sueño con él y los sueños se sienten.
3. Porque creo que en cualquier momento va a abrir la puerta “ya regresé de México”.
4. Mi día a día ha girado totalmente pero no acuso ese cambio, quizá eso aprendí de él, a estar viva.

También tengo en cuenta la posibilidad de que sea un estado de anestesia y que se acabe en el momento más inesperado.



Y la curiosidad me lleva a su blog, 18 de agosto de 2007. Andábamos muy felices de paseo hacia el norte, huyendo de los calores de Madrid, con Cecilia y Fernando:

Celebración de Baco

Y así los Aniversarios, más y más contentos, felices de bailar con la memoria, cierran el círculo cuando escucho hoy la voz de Alejandro de otro hoy de dos años atrás.

17 agosto 2009

Enroque



ENROQUE


Ya me voy a poner
al revés
el apellido
para que no me encuentre
la muerte.
Al fin no tengo nada
que cuidar,
ni que perder,
ni nada.




Como conté el primer día que hablé de este libro de poemas, decidiría sobre la marcha como reflejar aquí las dos versiones que tengo en mis manos, el original inédito y lo que se incluyó en "Poesía 1963-1968" de Aura.
Es decir, "haré lo que me lata", pensé, y ya me latió. Publicaré el original, que contiene más poemas y en otro orden, e iré anotando las diferencias, para que cada quien saque sus conclusiones y para facilitar el trabajo a un futuro exégeta de este libro.

NOTA: Diferente orden. Es el primer poema en "Poesía 1963-1993"-Alejandro Aura, antes de INTRODUCCIÓN. Se puede decir que realmente se enrocó.

16 agosto 2009

.. en la esencia de la alegría



Llevo tiempo preguntándome de qué está hecha la alegría, de que está hecha la tristeza, llevo décadas con esa pregunta rondando mi ser. El color, la materia, la forma, el origen, la génesis, sobre todo la génesis, por qué un día amanece reinando una y al otro la otra, sin causa aparente o comprensible.

Quizá porque la pregunta rondaba mi mente se hicieron presentes estos primeros versos del poema CARTA A MIS AMIGOS PINTORES de Alejandro, en el que le achaca al sol cierta responsabilidad en el vaivén anímico:


Iba por las calles viendo el esplendoroso andar de las

mujeres bellas, compungido por mi azarosa
consistencia de venado;

a través de la campana de humo, que tarde o temprano
tañerá por nuestra retirada, hendía
el prepotente sol

y nos tocaba con indiferencia las fibras aquellas que
mueven de un lado para otro nuestros estados
de ánimo.

...



No tengo respuestas, pero este último año he avanzado un poco en lo concerniente a mí alegría; los días que amanezco con ganas de bailar, de parlotear, de brincar escaleras abajo, de sonreír, en los días así lo que me sale de dentro es puro “Alejandro Aura”.
(Y puedo asegurar que en los días tristes no hay ni una sombrita de Alejandro, lo cual aumenta la tristeza.)



15 agosto 2009

Selección



SELECCIÓN


Vámonos
haciendo
menos,
camaradas.




NOTA: Poema no incluido en "Poesía 1963-1993" Alejandro Aura

14 agosto 2009

.. en el blog: Tecnoculto



Ayer me llegó esta alerta de google, esas cosas incomprensibles que suceden en la red, pues es uno de los textos que se escribieron el año pasado, al día siguiente del treintadejulio. Está en el blog de tecnología, cultura y puntos intermedios, que escribe Andrés Borbón.
Le agradezco al azar pues no conocía el escrito. Y, sobre todo, a Andrés, su buena y breve prosa dibuja un Aura intenso.

Fallece el escritor Alejandro Aura



Vi muchas veces a Alejandro Aura. En el teatro, en la televisión, en la prensa, en las librerías, en El Hijo del Cuervo, club y escenario de sus excentricidades. Era una de esas presencias constantes y sólidas, de enorme estatura lírica, de afán pedagógico.
Recuerdo que, con escasas excepciones, su lectura de los poemas era la mejor lectura posible. Ameno, mordaz, cáustico, detallista; son muchos los adjetivos que adornan la memoria de Aura pero que fallan en definirlo. Era yo un chamaco cuando lo vi por primera vez, y era ya todo un adulto cuando le perdí la pista, cuando dejó el país y aceptó una invitación para dirigir el Instituto de Cultura de México en España. Desde el 2001 vivió allá, conoció a su última compañera y se dejó querer por Madrid.
Lo recuerdo en escena: Vivaz, incansable, de humor hiriente. Amó el teatro y lo cortejó desde todos los ángulos. Amó la poesía y se perdió entre sus cabellos, sus aromas y sus caricias. Amó las tertulias y las llevó al televisor, donde sus amigos se dejaban torturar por puro aprecio o por puro miedo, no sabría decirlo. Yo fui un espectador más de este hombre hecho de palabras, de letras, de puntos suspensivos…

13 agosto 2009

Avaro




AVARO

A veces uno anda escatimando lirios naturales,
escondiendo silvestres emociones,
comerciando con ángeles perdidos
que acechan la debilidad por las ventanas
y saben el momento en que uno no puede más
y justo ahí, le ofrecen montones de esperanzas
a cambio del silencio a la hora de la aurora.

Ay, mísero de uno,
que se esconde como perro asustado
con su montón de flores arrugadas
y se clava en el cuerpo
las pocas verdades que le quedan
para morirse, a solas, de mentiras.

Ay, puerquísimo de uno,
cáigale encima, de sopetón,
todo el costal de su pasado.


12 agosto 2009

.. en esta foto de hace años



Camino del instituto, cuando la juventud era abrumadora y la vida parecía eterna, me encontraba con esta pintada en un muro medio derruido, me detenía un instante a decirla en voz alta para escuchármela, quizá con la ilusión de que algún día pudiera decírsela a alguien.
Y ese alguien fue, es y será Alejandro.



11 agosto 2009

Oscura calle



OSCURA CALLE

A Jorge Arturo Ojeda


Ay de la oscura calle en que anduvimos
dándole largas a nuestro corazón:
que si otra forma,
que si abrazarás una cintura
delgada como una caña dulce,
que si vendrá la manoseada paz

sinceramente,

que si la música,
que si el divino verso.

Ay de la oscura calle
en donde la esperanza
se nos va de los ojos
para que nuestro corazón
contrito
acoja su realidad,
cálidamente iluminado.





NOTA: Poema no dedicado en "Poesía 1963-1993"-Alejandro Aura

10 agosto 2009

.. en la página del INBA (II)



Lo que no acabé de contar anteayer es que en la página del INBA hay otras dos opciones más, en el “MENÚ ESCRITOR” correspondientes a Alejandro Aura:

Galería, que tiene fotos de casi todos los Auras que en México fueron.

Alejandro Aura en su propia voz

Sorprendida de la fuerza del texto, de la calidez de la voz, lo he escuchado repetidas veces, buscando descubrir el misterio que me tiene atrapada. Es una lectura ante una sala que finalmente prorrumpe en aplausos, quién sabe cuándo, quién sabe dónde, no importa.
Un día en una lectura pública de sus poemas, en Calanda, se produjo tal magia que los poemas que yo le había escuchado una y otra vez, volaron sobre la sala y construyeron un alma común, o algo así. Al acabar le comenté mi sensación, “así pasa a veces", me dijo, "igual cuando representas en el teatro, un día sucede, te haces uno con el público y no sabes por qué”.

Yo además de esa unidad siento que abrí el buzón y encontré una carta de Alejandro para mí. La transcribo así como me sale al escucharlo una y otra vez, con los espacios que deja su voz. La calidad del sonido es mejor en la página del INBA, pero por si llegara a desaparecer aquí también estará:

Escúchalo:



Hace varios años que no publico nada;
hace varios años que casi no escribo poesía;
los poetas que creían en mí han dejado de creer en mí;
los que creen en los poetas han dejado de creer en mí
y yo también he dejado de creer en mí.

Es medianoche. Hace un silencio que quema.
No hay nada que quiera decir
ni nada que no quiera decir;
estoy encendido como un hachón;
me pesa estar vivo
porque de un día para otro cambia tanto la cara de la vida
que lo que parecía destino claro
se pudre como una frutita que se tira y ya.

Vivo en la ciudad más grande del mundo,
soy lo mismo que un coche,
lo mismo que una lata de cerveza (¿ha visto usted
cómo se enfrían las raíces cuando las sacan al aire?),
soy igual que una de estas calles sin árboles
plantadas en el sueño de lo que pudieron ser
(los fundadores se levantaban temprano
y con un amor desmedido limpiaban su pedacito, regaban,
plantaban lo que podían, se saludaban)
y además, qué tonto, tengo ganas de cantar,
de saltar, de hacer esferas,
lo bobo no se me quita con nada.

De repente y sin fenómeno físico
se aparece un ruido en el silencio de mi casa
y yo pienso que no es más que un ruido que no hice yo
mientras apunto para que no se me olvide
que todavía tengo el corazón inocente -o como se diga-
y que pienso que soy bueno y dulce,
(¿verdad, sueñitos de mi amor, que siempre
fui bueno y dulce?)

Paso bajo el puente de unas horas infames que me gritan:
¡vamos, vamos, a trabajar, que se acaba la vida:
Y como no sé trabajar me siento a perdonarme.

Yo amé con demanda imperiosa a esta ciudad,
lo saben los que saben,
pero luego, por sueños que tuve, quise hacerme hombre
(me contaron, pues, que había manera)
y me puse a recoger todos los hilos.
Ese ovillo imposible, amigas mías, esa madejita sucia.
Yo nací aquí, conozco el ritmo;
las mentiras las inventé yo junto con todos,
yo hice lo que yo quise,
hasta que yo, yo, me vi hecho un pendejo:
no hay ciudad que resista estos humos de poeta.

Trencé los dedos y dije:
que si existe la magia aquí me quede;
me temblaba la voz, me salían lágrimas y mocos,
no era yo.
Ángel iluminado,
que no suceda nada sin que me suceda a mí,
ni el mercado ni la catástrofe,
ni el remozamiento ni la lluvia sucia,
ni la decisión política ni el perro muerto a la basura.
Caballo de Carlos cuarto,
así mejore yo algún día;
ojalá que mi padre haya pensado en mí,
ojalá que antes de morirse haya pensado en mí.

Era más bajito de estatura que yo, narizón,
el pelo lacio, las manos muy bien hechas,
flaco, borracho, tonto, tonto,
de donde yo heredé ser como soy.

Tomábamos el tranvía en Manuel María Contreras
y nos íbamos haciendo un escándalo con nuestra plática de fierros viejos
hasta doblar en Artes;
olíamos a oxidado, a puro y a madera vieja
y todos éramos damas y caballeros: los grises, los grandes y los chicos.
Ya por Artículo 123 no aguantábamos el gentío, el ruidero
y las banquitas de palo del vejestorio amarillo
pero Venustiano Carranza era un oasis lejano
donde nos bajábamos mi abuela y yo a comprar
crema de almendras, medicinas o polvos de arroz en la farmacia París, caramba.

Nadie que haya estado esa vez no lo recuerda
porque era cuando el corazón andaba suelto por las calles
y cualquiera pasaba y le aventaba un hueso.
Nadie que haya andado por allí puede ser tan canalla
que no tenga un recuerdo bueno de aquel niño de pantalones cortos
que se chupaba el dedo y bajaba del tranvía
dándole, como un señor, la mano a su abuelita.
No sean así, acuérdense.


09 agosto 2009

Introducción



INTRODUCCION


Tengo las manos sudorosas,
el cabello reseco,
áspera la lengua
y a fuerza de quietud
el corazón
poco tranquilo.
Mis ojos se salen de su cauce, rojos,
tercos en ver lo que siempre es invisible.

Enciendo la tenue luz de mi palabra
–lo digo sin decoro–
y siento la cabeza a punto de estallar
como una bomba de tiempo
preparada en mi nacimiento
o antes de mi nacimiento
para hacer explosión simultánea
con las de cientos de hombres y mujeres
enronquecidos de gritar el santo y seña de la paz.

Siento en la conciencia –o como se llame–
una preocupación profunda
por todo lo que hice
y por lo que dejé de hacer.
Echo una mirada general sobre mi alma
y enmudezco un minuto completo,
involuntariamente.


08 agosto 2009

.. en la página del INBA (I)



Esta semblanza de Alejandro, que realizó el año pasado Omar Alcántara, me resultó muy acertada. Está publicada en la página del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes):

Se va el artista polifacético

Me gusta especialmente porque detrás de los datos se ve al personaje.


Alejandro Aura (1944-2008) fue un hombre de teatro y poesía, locutor, conductor de programas de televisión, actor de cine, excelente lector en voz alta, gastrónomo exquisito, cronista del día a día. Artista polifacético e infatigable, llegó a decir sobre su vocación: “En 1963, yo creo, escribí los primeros poemas que me atreví a publicar; los di a las revistas de la época y sólo 10 años después los junté en un librito que llamé Tambor interno [publicado en 1985].” Poco tiempo después, Alejandro Aura llegaría al taller literario impartido por Juan José Arreola. Con este último como maestro, y con su sensibilidad despierta, fue becario del Centro Mexicano de Escritores en 1964; unos años después, en 1967, se le incluiría en el tomo Poesía joven de México (colectivo) de la editorial Siglo XXI.
Un fragmento de aquellos primeros poemas publicados es el siguiente: “Alguien dejó una flor de papel sobre mi mesa, /es linda y morada y verde, gracias. / Esperé una flor toda la vida, / y hoy, martes raspado de melancolía, / no sé de dónde, me ha llegado. / Pinche florecita de papel, / te quiero”. (“Cinco veces la flor”). En este fragmento ya se aprecia el singular estilo al que Aura le ha sido fiel durante muchos años: el hombre de casa representado por la mesa, la adjetivación colorida, la soledad, el asombro, los versos cortos; así como el lenguaje coloquial, el gusto por la naturaleza y la expresión de la ternura.
En 1969 se le otorgó el Premio Latinoamericano de Cuento, por Los baños de Celeste; y, cuatro años más tarde, obtuvo el reconocido Premio Nacional de Poesía (hoy Premio Aguascalientes) por su poemario Volver a casa.
Su labor como autor y director de escena también fue motivo de elogios y condecoraciones: en 1974, se premió como mejor coactuación su participación en la obra Los exaltados de Robert Musil, premio otorgado por la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro. En 1985 recibió el Premio a la Mejor Dirección de la Unión de Cronistas y Críticos de Teatro por Los totoles; y en 1990 obtuvo el Premio al Mejor Actor Cultural, por mencionar algunos de los reconocimientos que se le dieron en este rubro. Además, como dramaturgo también hizo muchas aportaciones creativas, entre las que destacaron Salón calavera y Las visitas y Bang.
Un poeta citadino
En la vida de Alejandro Aura, las ciudades no sólo fueron su inspiración, sino que también formaron parte fundamental de su quehacer social: en 1998 fue nombrado Director General del recién fundado Instituto de Cultura de la Ciudad de México, cargo en el que permaneció hasta abril de 2001. Su gestión se destacó por el fomento a la lectura, así como por la recuperación del Zócalo capitalino como espacio para espectáculos artísticos masivos. En las décadas anteriores, pocos habían hecho tanto como él para llevar las expresiones culturales a la mayoría de la población de una ciudad mexicana.
Mucho de ese amor hacia la ciudad fue expresado en el libro Volver a casa. Con el ritmo de un caminante solitario y pensativo, asimila los paisajes cotidianos: “Mutiladas las partes de la dicha / los citadinos buscamos en el cine, / en las revistas, en los diarios, / en las calles populosas / unos ojos ajenos / en los cuales un ancla nos detenga”.
La nostalgia persistente, su musicalidad de aliento suave, piden al lector detenerse frente a calles y callejones, compartir los lugares de reunión y poner atención a los resquicios, para mirar con otros ojos, para salir del vértigo de la modernidad y reflexionar, con las palabras precisas, sobre el curso de la vida.
En Volver a casa, como en la mayoría de sus textos, el humor es algo persistente y, junto a la ternura, es quizá lo más notable en sus creaciones. En este poemario hay, por ejemplo, una gran muestra de humor negro. Tal pareciera la sentencia de un brujo divertido, ante un caldero de palabras hirviendo, cuando el poeta expresa: “Sí, en verdad no hay límite, / aunque más nos/ prodiguemos con la muerte/ más vivimos; qué siniestro”.
España
En 2001, Alejandro Aura se trasladó para vivir y trabajar en otra gran urbe: Madrid. Nombrado Director del Instituto de México en España, se dedicó a una intensa labor de difusión de la cultura mexicana: cine, exposiciones, presentaciones de libros, mesas redondas, conferencias, recitales, talleres de expresión teatral y lecturas en voz alta; actividades a las que también dedicó mucha parte de su vida en México. Aura estuvo a cargo de este Instituto hasta 2003; a partir del año siguiente ocupó el puesto de Representante en España del Estado de Zacatecas.
En Madrid también fue conductor del programa radiofónico Hora México entre 2002 y 2005;labor bien conocida por él, pues en tierras mexicanas fue director de varios programas para radio y televisión: Azul, En su Tinta, Entre Amigos, Un Poco Más y De Cine y Literatura; y más recientemente, De ida y vuelta.
En España tampoco mermaron sus aportaciones para revistas culturales, otra constante en su trayectoria: Cuadernos del Viento, El Nacional, La Cultura en México, México en la Cultura, Revista de Bellas Artes, Revista Universidad de México y Letras Libres, por mencionar algunas.
“Ahí les voy”: el blog de Alejandro Aura
Recientemente, siempre hurgando en otros horizontes, el poeta decidió compartir sus textos en Internet. Al iniciar su blog el 20 de febrero de 2007, Alejandro Aura escribió:
“Por lo pronto, lo que ya es cierto es que es bien fácil escribir y ser leído por los demás sin permiso de los editores, ni de los censores, ni de los que nos quieren o dejan de querernos, sin quedar bien (ni mal) con los que manejan las redecillas de poder. Ora que el chiste es que a los demás les interese lo que escribimos, que se sepa, que todo el mundo se entere y que tengamos el toque de la varita mágica, el ábrete sésamo del interés de los demás. Y como esa es la principal característica de este medio, ahí les voy”.
Hasta ayer, martes 29 de julio, Alejandro Aura no faltó a la cita con sus lectores. Junto a la publicación diaria de cada uno de los poemas que alguna vez publicó en sus libros (Alianza para vivir, Varios desnudos y dos docenas de naturalezas muertas, Hemisferio sur , La patria vieja, Cinco veces, Poeta en la mañana, Fuentes, El halcón, además de los ya mencionados), incluyó crónicas de su vida cotidiana, donde con sencillez y amabilidad, con su alegría persistente, informaba, tanto de la invasión de los hackers a su página, como de sus diversos gustos gastronómicos o literarios, donde ocupaba un lugar especial la literatura griega.
Múltiples textos, que bien pueden ir de una pintura a la experiencia del “pinche día”. De esa página se tomaron los poemas que conformarían su más reciente libro, Se está tan bien aquí, publicado en 2007 por editorial Calamus. Un poema extraído de ese libro y ese blog, es el siguiente: “Impudor. / ¡Y pensar / que debajo de la ropa / van todas / completamente desnudas!
Aura nunca pudo evitar –él mismo lo decía– los poemas a la mujer y el erotismo. En su peculiar estilo, el chiste, el juego de palabras, estuvieron siempre cercanos a la poesía. De aquí que el humor del que hemos hablado antes sea también una de las principales características de su personalidad. Por eso no era raro encontrarnos en su blog con frases como la siguiente: “No se trata de una primera impresión sino de una salsa ya muy molida en el molcajete de mis meditaciones”.
Sin embargo, los lectores de su página –más de 90,000 visitas hasta la fecha–, no sólo gozaron de su ingenio y de sus ocurrencias: también se solidarizaron con sus pérdidas. El 22 de noviembre de 2007 escribió abiertamente: “Hace rato, pasadas las cinco de la mañana, me habló por teléfono mi hermana Marta desde México para darme una noticia terrible: se murió mi hija Cecilia. De repente. Tres días antes de cumplir cuarenta años se acabó de pronto…”.
Y como una recapitulación de lo que le llevó a abrir esa página virtual, el 1 de diciembre de 2007 hizo la siguiente reflexión: “Empecé a escribir para acompañar mis poemas porque no tenía editor para el libro último y pensaba que el cáncer podía acabar conmigo en cualquier momento; el cáncer o un piano que me cayera en la cabeza; qué incómodo, me dije, que se quede inédito. Luego lo publicaron y ya embalado me seguí escribiendo diario como en una auténtica bitácora y acabado el primer libro de poemas me seguí con los anteriores. Aunque, no; una bitácora debiera recoger acciones y omisiones de la navegación, datos concretos, rutas y derroteros y yo más bien me he puesto a escribir con entusiasmo un cuaderno de varios temas que se me van ocurriendo y que a veces tienen que ver con sucedidos cotidianos, con mis sueños, con la comida, con mi estado de salud, con lo que estoy leyendo o con recuerdos antañones”.
Inconsolable, el 9 de junio de 2008, nos compartió lo siguiente, respecto a la quimioterapia: “No puedo dejar de sentir una relativa orfandad. […] Ya desde la consulta anterior quedó apuntado que no habría más líneas de tratamiento de quimioterapia a las que acudir como no fuera repetir y recombinar algunas de las ya probadas, con el riesgo de que los efectos contrarios, que sabemos que son tan agresivos e inevitables, fueran más importantes que los posibles beneficios. […] Ante un panorama tan poco promisorio más vale suspender la quimioterapia y aplicarse a la búsqueda de tratamientos alternativos. Y en eso estamos.”
No obstante, con dignidad, con valor y esperanza, en el vórtice del dolor, Alejandro Aura siguió entregándose siempre en sus palabras. Falleció el 30 de julio, por causa del cáncer contra el que luchó hasta su último aliento.


07 agosto 2009

Dedicatorias y epígrafe




A Emma,
que corona
las íes
de todo este
desorden.


Pie a las danzas daré cuando me arranque
la raíz del rencor...
Carlos Pellicer



NOTA: Incluye la dedicatoria manuscrita "copia para mi amigo el pintor mexicano Octavio Vázquez"

06 agosto 2009

.. en una tienda de comida china


En este caso más que de un encuentro se trata de un noencuentro.

Ayer fui a la tienda de chinos que está en la calle de Santa Isabel, camino del mercado, es de chinos para chinos, no de chinos para españoles. Y sentí una opresión en el pecho, como si una nada me estuviera rodeando con sus poderosos brazos y me cortara la respiración. Tardé unos segundos en caer en la cuenta de que era la primera vez que entraba sin Alejandro.
Una tienda nada pretenciosa, más bien descuidada, abarrotada, pobre iluminación, un estrecho pasillo que te obliga a, primero, dejar el carro de la compra junto a la caja de pago, y después a caminar estirado, a adelgazarte para no provocar un accidente.
Era una de esas tiendas donde se sentía como pez en el agua, sus ojos recorrían los exóticos y desconocidos productos que solo traen etiquetas en chino, se dirigía con uno de ellos en la mano a las encargadas que se defendían como podían con su escaso español, ¿cómo lo preparo decía Alejandro? Y ellas sonrientes le decían, sí, sí o el precio.
De ellas obtuvo Alejandro la información del restaurante chino, uno de verdad, para chinos, insistió, y sí, lo encontramos, pasó a ser nuestro favorito. Releo en su blog esta entrada: comida china y me asombra, una vez más, el alma que le pone a las palabras.
En esta tiendecita encontró el arroz AAA con olor a jazmín, que desterró a cualquier otro en esta casa, para acompañar los chiles rellenos o para las sabrosas paellas, fue deleite de los comensales:



Ayer se acabó el saco de cinco kilos, y como autómata repetí la rutina que teníamos juntos. Sólo que al entrar en la tienda su ausencia se convirtió en un profundo pozo.

05 agosto 2009

La calle de los coloquios



Este de nuevo es un paréntesis entre un libro que acaba “Alianza para vivir” y otro que comienza. Investigando encuentro los datos siguientes:
  • Que fue escrito en los años 1969-1970

  • Que no se publicó como tal, apareció por vez primera dentro de “Poesía 1963-1993 Alejandro Aura”.

  • Que fue “Premio único para poesía del Concurso Nacional de la Juventud, SEP, 1969”.

  • Que está dedicado a Emma, que cita a Pellicer y que la copia tiene una dedicatoria manuscrita para Octavio, que la guardó durante casi cuarenta años.

  • Que estaba contenido en una carpeta verde que Octavio Vázquez me entregó el día del homenaje en la UNAM (26oct2008), además de otros poemas.

  • Que viajé con ella pegada a mi pecho en el vuelo de regreso a España. Hojas casi transparentes amarilleadas por el tiempo, mecanografiadas, con algunas correcciones, con restos de óxido del cierre que las tiene prisioneras, para que parezcan libro.


Es decir, comienza “La calle de los coloquios”, un libro que no llegó a serlo, y quién sabe en el futuro. Para empezar, las dos versiones que tengo no coinciden al cien por cien. Decidiré sobre la marcha cómo lo reflejó en este espacio.

Así haría yo el libro, con este cuadro de Octavio en la portada y esa foto de un joven Alejandro Aura:



04 agosto 2009

.. en el blog: EL BLUES de la estufa divina


El año pasado, después del treintadejulio, hubo varios blog que dedicaron su espacio a Alejandro. Este texto fue publicado al día siguiente. Cuando lo leí meses más tarde me di cuenta de que las palabras de otros me hacen ver a Alejandro de lejos, mirarlo con otros ojos, ver lo que ven los demás, llorar como los otros lloran. Gracias, Agustín:

Alejandro Ahora

03 agosto 2009

Shakespeare



SHAKESPEARE


La calle Shakespeare
tiene numeración corrida hasta el 200, más o menos;
está atravesada por numerosos nombres importantes;
al principio es ancha y un poco ruidosa
pero a la segunda cuadra
una pequeña glorieta divide el pasado y el futuro.

A unos veite metros de esta glorieta
vivi la abuela de mi primera esposa
instalada en su terquedad;
cerca de allí compré una vez una paleta de limón;
más adelante hay una casa sin personalidad en venta.

Luego se equivoca la calle y tuerce un poco,
procuren ustedes no perderse.
Adelante cruza Copérnico de dos sentidos
con arbolitos raquíticos y casas con jardín;
en una de éstas vive mi hija
con su madre y sus abuelos
y la nana y la cocinera y la recamarera
y el coche café de mi primer suegro.

La calle Shakespeare
es angosta a fin de cuentas.
Suelo caminarla de noche
y pienso que desde alguna ventana
una mujer en camisón me espía;
está sola y yo soy un gigante turbulento.

Si continúan ustedes de frente
a pesar de las torceduras del camino
encontrarán la fuente de los búhos
rodeada de húmedo pasto
a donde a veces van los niños a jugar
a algunas noches, en las pequeñas bancas, hay amor.

Cruzando la fuente,
semilla de la sandía de la Nueva Anzures,
entre Gutenberg y Thiers –ojo– continúa Shakespeare,
calle angosta,
rodeada allí, casi en la punta de su corazón,
por la calle redonda Lafayette.

Se acercan ustedes a mi alma.

Después de la tienda que cerraron hay una tlapalería
de un hombre español
que suele estar muy triste, y que lo oculta,
luego una pensión de autos, luego
un edificio de apartamentos
donde viven unas mujeres felices
y enseguida, en el ciento ochenta y seis,
edificio con puerta negra,
vivimos en el alto cinco
mi hermana, mi cuñado,
mi sobrino Simón
y yo, su servidor de ustedes,
hasta que mi casero lo disponga.

Favor de no molestar.
Favor de visitarme un poco.


Escúchalo en voz de Marta Aura:


02 agosto 2009

.. en otros blog, un año depués



Me han llegado varias alertas de google esta semana, los blog que han dedicado sus palabras a Alejandro en el aniversario de su muerte.

Marcelo Galván, además de sus emotivas palabras publica un par de vídeos sobre Alejandro: De la vida, el teatro y el cine: Un año sin Alejandro.

mactans incluye a Alejandro en sus reflexiones sobre la muerte: El hambre y la locura


Las tres y un cuarto buscan un texto de Alejandro menos conocido para recordarle: Alejandro Aura: Nunca serví para contar historias


Además de estos textos y los comentarios que generan también hubo quien se acercó a su blog a dejar flores frescas a modo de comentarios.

01 agosto 2009

Lugarcillo de amar



IV Y HASTA LUEGO


LUGARCILLO DE AMAR

Es fácil hacer un lugarcillo de amar;
tiras con cada mano una piedra,
recorres en vivo, en terco, todas las calles de la ciudad que habitas
cuidando de mirar bien a todas partes
hasta que encuentres un solar a tono;
y tienes que tirar con cada mano una piedra;
luego dices: yo fui, yo fui, cabrones,
y sueltas la carcajada, a ver cómo te va; te felicito.
Pero no tienes que asombrarte de nada, así es el mundo.

Luego vas al doctor y le dices
que ya se te está despedazando el cielo,
que te caen a todas horas pedazos de ala de ángel,
pelos de la peluca de la virgen,
cachos de la uña del dedo que desde arriba te señala,
y le dices que, oiga doctor, que ya no aguantas,
que te cure.

Pero tienes que tirar con cada mano una piedra
porque si resistes tener las dos manos acusadas
sólo te falta ya la culpa metafísica
para salirte de tarugo
y hacer un lugarcillo de amar,
alegre, calientito...


Escúchalo en voz de Marta Aura: