25 marzo 2009

I. Dedicatoria



Empiezan los poemas y me emociona oírlos en la voz de Marta, la hermana de esta dedicatoria, la que me cuenta como Alejandro contaba con los dedos, golpeando sobre la mesa, el número de sílabas de cada verso.
Gracias, Marta, por tu voz y por todo lo demás.


DEDICATORIA

Recógeme los hilos que brillan con el sol,
túmbame la sarta de pájaros que canto,
mete la mano hasta el fondo
en la caja de mis versos
y sácame una flor para tu pelo, hermana.

Te dedico los días del mundo más sencillos
para que hagas en ellos a tus anchas
de sal y dulce las cosas cotidianas.

Estas no son palabras para ti,
son cosas ciertas que invento
para darle vuelo al universo.

Que siga bajando el sol a nuestra casa
para que podamos sonreírnos
tú y Adán y Simón
y lo que a mí me amanece
cuando me pongo lírico perdido, como siempre.



Escúchalo en voz de Marta Aura:


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