31 marzo 2010

.. en la Semana Santa, en el DF



Me cuentan, y estoy viviendo, que es igual que en Madrid, que la ciudad se vacía, que todos (los que pueden) buscan un destino donde pasar estas minivacaciones. También que se pone triste la semana y llueve. Y, por supuesto, la presencia de la luna llena.



En el blog los visitantes disminuyen y Alejandro lo acusaba y lo describía. Elijo la entrada que publicó justo hace tres años:

El arcano de Moaa

Que coincide con la publicación de su poema Despedida. Poema escrito hacia febrero de 2006, siete meses después del diagnóstico de cáncer. Y que ya tiene su propia órbita en el universo de internet.

30 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: VII


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO


VII

–Cómo ser hoja y ser hormiga y no ser nadie
cómo carajos ser escapulario,
ser bota y ser baldosa;
ser azúcar, cómo, para el fuego;
una flor, una flor, una flor, ¿cómo?


Escúchalo en voz de María Aura:

29 marzo 2010

.. en la sonrisa de mi fotografía



Hacía tiempo que quería contar, y estaba esperando a que llegara su aniversario, de la foto que elegí para mi perfil en este blog, intencionadamente borrosa, intencionadamente feliz.

La tomó Valentina Siniego la noche de Max Estrella que se celebra en Madrid los 26 de marzo, una serie de estaciones siguiendo los pasos de ese personaje de Valle Inclán. Era el año 2002, había invitado el Círculo de Bellas Artes al director del Instituto de México en España (IME) a participar. Él me leyó el texto y me dijo:

- ¿No crees que es una babosada?, ¿se lo tomarán bien?, nadaba Alejandro entre su respeto-aberración a lo académico y su no manejar aún lo español.
- Por supuesto, te aseguro que les encantará lo ligero, ese anédocta de Valle-Inclán que no creo que nadie conozca.

Caminamos junto a Alfonso Guerra que leyó en la estación previa, y dio el testigo a Alejandro. Fue un éxito, el texto y la excelente lectura de Alejandro, que se incrementó cuando comenzaron a circular vasitos de tequila entre el público que ya estaba en la penúltima estación del recorrido. Es el momento que recoge la foto:



Agradezco que Valentina fotografiara mi felicidad. Valle Inclán, Alfonso Guerra y Alejandro Aura reunidos en una noche, ¿se puede pedir más?.




V NOCHE DE MAX ESTRELLA, ESCAPADA A MÉXICO.
Por Alejandro Aura


Me cuenta el poeta Eduardo Vázquez Martín una anécdota de Valle Inclán que me entusiasma para transmitírsela a ustedes en este peregrino ejercicio de la V Noche de Max Estrella, organizada por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y corro a buscar en los libros la certificación, que por supuesto no existe. Pero como la anécdota es luminosa, se las cuento: Valle Inclán se encuentra en México, probablemente en las Fiestas del Centenario, con el mexicano José Juan Tablada que, siguiendo las búsquedas de los franceses y sus reminiscencias orientales, incursiona en los paraísos artificiales, e introduce al gallego en el preciosismo imaginativo de la mariguana, a la que tanto chiste le encuentra que en su viaje de regreso a España rellena un colchón con la creativa yerba y duerme sobre ella durante la travesía del Atlántico sin que la aduana, que entonces no se fijaba en esas minucias, impidiera el ingreso a España del alucinante colchón que abasteció de risas, libertades y metáforas a don Ramón y a muchos otros escritores de la época, amigos suyos, durante un buen tiempo; para que se vea cómo las influencias literarias cogen caminos ineluctables.
Pero las fechas no coinciden; en 1893 estuvo por primera vez Valle-Inclán en México durante un año, y aunque según Guillermo Sheridan regresó como invitado especial a las Fiestas del Centenario, según Luis Mario Schneider sólo volvió a la ciudad de México en 1921; en todo caso, en ese año, don Ramón declara al diario El Universal: "Debo a México, indirectamente, mi carrera literaria... Mis padres allá en España querían que yo me recibiese de abogado... esa carrera espantosa a la cual no tenía ninguna inclinación... Me trasladé a México con el dinero que me dieron para recibirme y aquí empecé a seguir mi propio camino, es decir, el literario, no sin antes haber pasado por algunas vacilaciones, ya que solicitaba también muy poderosamente a mi espíritu la carrera de las armas."
Qué mejor motivo para esta estación del Madrid de Max Estrella que recalar en el Salón México, en la embajada del país que tan útil fue, según sus propias palabras y las anécdotas de los amigos, a la vida y a la obra de don Ramón del Valle-Inclán y muy posiblemente a buena parte de la literatura española de su generación. Gracias por acompañarnos.

28 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: VI


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO

VI

(Ella mordisqueaba un pan
largo como una calle
y paraba a los muchachos.
Tú me darás dolor para esta noche,
llevaba un saco verde
y unas botas
y buscaba algún hombre
con desgano;
sí, tú me darás dolor para esta noche;
él se adelantaba un poco
y no veía;
era flaco y soez en el silencio
y solo.)
Tú me darás dolor para esta noche
para que mi alma pueda llorar tranquila.


Escúchalo en voz de María Aura:

27 marzo 2010

.. en Ulises recorre México (26 a 30)



La sexta y última entrega semanal.

Capítulo 26:
Capítulo 27:
Capítulo 28:
Capítulo 29:
Capítulo 30:

He de confesar que se me saltaron las lágrimas en el último capítulo, así que volví a empezar.

26 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: V


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO

V

–Y respirando a pulmón abierto viene;
yo lo siento también,
alcanfor y pino y flores
y una altura de pájaros
para mirar muy amplio
una montaña dura;
yo la he visto, yo la he visto;
y arriba viene el verso.


Escúchalo en voz de María Aura:

25 marzo 2010

.. en esa manzana que vivía en el frutero



La manzana roja y oronda estuvo en el frutero desde que Hermelinda la trajo de Tepoztlán, Prefiero no calcular los días que han pasado, a juzgar por la invariabilidad de la fruta se diría que pocos, pero esa visita fue en febrero, sin duda. Hoy por fin decidí hincarle el diente a su rojiza redondez, y que sabor a nada, que desagradable textura. La arrojé a la basura, y me acordé de este poema de Alejandro:

Mensaje del Paraíso

Yo también elijo que sea evidente el paso del tiempo, brindo por las arrugas y no esquivo la muerte.

24 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: IV


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO
IV

Sale el sol con su campana loca,
sale a cubrir de color a los muertos y a los vivos.
(También la caravana veloz de las hormigas, niños,
y los viejitos
que siempre tienen frío.)
Venga el sol, hermanos, venga el sol.
(¿Y si nosotros hiciéramos un sol?)
Venga el sol, hermanos, venga el sol.
(¿Y si cantáramos tanto que se hiciera un sol?)
Venga el sol, hermanos, venga el sol.
(¿Y si esto que decimos fuera el sol?)
Venga con su campana loca el sol, hermanos
venga el sol, venga el sol.



Escúchalo en voz de María Aura:

23 marzo 2010

.. en el Paseo de la Reforma



Diré que fue más volar que caminar, desde El Ángel hasta mi deseo cumplido, bancas vacías y bancas con miradas al aire, con esperas, con besos; bancas paréntesis de la ciudad. Fue poniendo lo que encontraba, un número mágico, un edificio recortado en el cielo, otro, una alargada sombra, un retrato borroso, una perspectiva a la que fugarme y la voz, la voz de Alejandro:



Vagar, vagar

22 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: III


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO

III

–Pues todos los hombres del mundo,
noveles en la experiencia de la aurora,
pedruscos con espíritu sonante,
presos de plata fina,
zapateros,
calumniantes,
montañiles,
sabios en el azúcar y en las mieles,
oficiantes en armas,
trigueños,
albañiles,
músicos,
huelguistas
y estos otros
y aquellos
que andamos a dos carrizos
sobre la flor del mundo,
serenos o deudores en la justicia
o apaciguados con oro y tunda,
le damos al sol la bienvenida.


Escúchalo en voz de María Aura:

21 marzo 2010

.. en el 15º aniversario de Las aureolas


club de lectura que fundó Alejandro Aura. Fue ayer sábado en El Hijo de Cuervo, en Coyoacán.

Y después de darle muchas vueltas a cómo contar lo que sucedió, solo quiero decir: "la sombra de Alejandro es alargada".

Lo demás que lo cuenten ellos: Las aureolas. O quizá yo otro día.

20 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: II


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO

II

Ay ay ay caracol dormido,
ven al aire que soplo yo,
toma el rumbo de los colores
y cuando encuentres una manzana
en su perfume te espero yo.


Escúchalo en voz de María Aura:

19 marzo 2010

.. en el extraño color de esta paloma



... que se mimetiza con el de la farola, en la plaza de Armas de San Luis Potosí. Me recuerda a aquella morada en Alcoy (Alicante, España) que tanto le llamó la atención a Alejandro y a la que le escribió un poema:

Paloma violeta

¿Será la misma paloma con otro traje?, un poema de Alejandro nos daría la respuesta.

18 marzo 2010

La Balada del Príncipe Rojo: I

Justo hoy, saltó el título de este poema entre los papeles del archivo, y transcribo:

1966.- ...Mis suegros nos ofrecen pagarnos a mi esposa y a mí una parte considerable de un largamente viaje a Europa.
Al final de este viaje tendría yo un largo poema: La Balada del Príncipe rojo, escrito a empellones, de ciudad en ciudad, buscando en él, por él, la invocación de un nuevo sol, de una nueva era, interior y exterior, particular e íntima, universal y política. Tendría yo una nueva imagen de mí mismo. el viaje duró poco más de tres meses; regresamos por Navidad, extenuados de nosotros mismos.


Bonita casualidad, gracias.


LA BALADA DEL PRíNCIPE ROJO

para Rosa Ma. García-Ascot


I

El mundo se abre en dos cuando amanece
y entre las dos mitades,
perseguidos y amados como los pájaros,
cantamos.


Quién abre la canción,
quién canta,
¿quieren saber los niños quién les canta?
Canta el príncipe Rojo su balada,
canta el Príncipe Rojo su balada.


Pues a esto hemos venido,
cercanos desde el mediodía
y tallando y tallando, felices,
como un trasatlántico al mar.


(¿Quién viene y te baja el sueldo, cantor,
como a sacristán de aldea?)
Quién abre la canción,
quién canta,
¿quieren saber las gentes quién les canta?
Canta el Príncipe Rojo su balada,
canta el Príncipe Rojo su balada.


Día de la yesca y el pedernal:
cantaremos sandeces montados en el pretexto del poema,
al fin el tiempo nuestro, el tiempo nuestro...
Palafrenero, suéltanos la mano.

(Dadme una palanca
y moveré el mundo.
Dadme una palanca más
y alzaré mi columna vertebral
hasta ser un personaje completamente vivo
que cuenta los centavos de su bolsa
y canta en el baño su balada.)


Quién abre la canción,
quién canta,
¿quieren saber los viejos quién les canta?
Canta el Príncipe Rojo su balada,
canta el Príncipe Rojo se balada.

Bien nos haya a los que nacimos desnudos en la tierra
con un lunar idéntico en el alma
porque sólo nosotros,
sólo nosotros nos asentamos de lleno en la locura.

Y andando, clarín, que se hace tarde.


Escúchalo en voz de María Aura:

17 marzo 2010

..en el encuentro de Vital Alzar


Lanzó Alejandro una de sus botellas al mar, fue hace tres años, ¿alguien sabe de Vital Alzar?. Ninguna respuesta, nada en Internet. Sobre eso escribió el poema: 17mar2007: Navegantes

Un mes después hubo una segunda reflexión: 23abr2007: Navegantes

Y, hace una semana, en la Ciudad de México es uno de esos domingos radiantes, jacarandas iluminando edificios en obra negra, por las díficiles aceras me sentía flotar más que caminar, como en los domingo primaverales de Madrid, deseaba que una deliciosa conversa dure más que un atardecer, que un reflejo dorado en el agua que cae de la Cibeles (lo de acá), que un helado templado, que un sorbo de tequila, y sonó un teléfono, de esté lado dijeron: “ya sabes que si algo necesitas está Vital Alzar allá”.
Me sonaron las alarmas, esperé impaciente al final de la conversación, y pregunté:
- ¿Vital Alzar el navegante, está vivo, seguro?
- Sí, claro, es mi amigo, quieres que te ponga en contacto con él.

Ahora que leo y vuelvo a leer el poema de Alejandro me encantaría hacérselo llegar, que continúe la historia. Eso tiene lanzar botellas al mar, tocan tierra en lo que era un futuro sin fondo.



16 marzo 2010

Cinco veces la flor


para Angelina
cuatro veces, y una
para Mario Casillas


Una:

No tengo amor.
Vivo este lunes frío para nadie.
En mi corazón hubo fortalezas y banderas;
hoy, que se le busque un brote
una siquiera pequeña banderita verde.
Que alguien se la busque.


Dos:

Alto a la destrucción.
Un momento.
Propongo un pacto general:
que se cultiven flores,
no jardines.


Tres:

Alguien dejó una flor de papel sobre mi mesa,
es linda y morada y verde, gracias.
Esperé una flor toda la vida,
y hoy, martes raspado de melancolía,
no sé de dónde, me ha llegado.
Pinche florecita de papel,
te quiero.


Cuatro:

De las horas más muertas que tenía
tú me sacaste al mundo
y me pusiste a cantar.



No tú dijiste nada
sino tu pelo y tus uñas y tus besos.

Por eso, pequeñita,
platito de arroz,
mientras mi corazón estaba seco
me levanté contento
a quererte con los pies y con las manos,
me levanté otra vez sonando mis tambores.

Dirás que no,
pero hoy me levanté a quererte
y a que tú me quieras.


Escúchalo en las voces de María y Alejandro Aura:

15 marzo 2010

.. en Ulises recorre México (21 a 25)



La quinta entrega semanal.

Capítulo 21:
Capítulo 22:
Capítulo 23:
Capítulo 24:
Capítulo 25:

14 marzo 2010

Ronda por tres caminos para un amigo viejo


¿No es la sombra más mariposa que la mariposa?


Algo así me sucede con la sombra de este poema que incluyo de nuevo, las tres partes juntas para escucharlas de un tirón, con los ojos cerrados:
Escúchalo en voz de María Aura:

Uno Dos Tres

13 marzo 2010

.. en cosas que olvidé


.. pero que aparecen de repente. Llevo horas caminando en la soledad, veo un espejismo, no sé si es un oasis de lágrimas; encuentro una piedra, lleva escrita la palabra “ansiedad”, cabe en mi puño pero quema, dejo la mirada perdida en la perspectiva y su sonrisa ignota: Ansiedad 29mayo2008.

"Siéntate junto a mí, ponme tu manita aquí", en el centro de su pecho, su respiración se iba calmando, y la piedra desaparecía. Lo había olvidado.

Mañana continuaré dejando huellas en la arena, hoy déjame esperar el amanecer como ellos y escuchar tu voz:

Para decir la verdad:

12 marzo 2010

Ronda por tres caminos para un amigo viejo: tres



RONDA POR TRES CAMINOS PARA UN AMIGO VIEJO

Tres:


Pero luego moriste en calles ácidas, dobladas,
junto con ellas agonizaste de un amor a todas las flores
de las ciudades
donde aún quedaba una flor,
una muchacha viva, un hombre vivo,
alguien con su leucemia bebiéndose su siglo veinte
en una sola noche loca y miserablemente azul.

Luego moriste a golpes políticos y hembrunos;
borracho y descamisado fuiste a dar con tu osamenta preciosa
en los pétalos duros de la soledad.

Entonces resonó lo que en el día y la noche
y amplio y sereno
y del hombre al hombre suena.

Entonces pasaron las historias neutras;
datos y fechas fueron corridos por necios de la fiesta.
Se te acabó la biografía, cuate,
te iluminaste,
poeta, nardo, carcacha,
te iluminaste con las palabras puestas en el lugar en donde nacen las palabras;
te pusiste a inventarlas y acertaste
y así se fue desparramando el mundo por la tierra.

No tiene más anécdota esta historia,
es una pura manera de cantar.

Jueves y viernes,
para siempre,
se habrán de encargar de tu memoria.


Escúchalo en voz de María Aura:

11 marzo 2010

.. en el aniversario del 11M, en Madrid


Hoy también me salto la alternancia de los poemas, este aniversario late todo el día como mi corazón. Han pasado seis años de la matanza terrorista en la estación de Atocha.
Era jueves. La noticia estalló. La onda expansiva de los muertos fue un estruendoso silencio. Otro mordisco más a la humanidad. Hoy siento esa mutilación. Recuerdo el silencio que nos ahogaba, caía como nube sobre la ciudad, respirábamos silencio. Alejandro volaba a México ese viernes (nimodo). Junto a mí Arantza en el río de la manifestación. Por más que habláramos e intentáramos hablar, no había palabras. Ciudad muda. Alejandro llamaba para estar cerca. Fui a dormir a casa de mi madre.

Le tocó a Arantza el lunes el viaje por esas estaciones y le fue naciendo este poema:

De Alcalá de Henares a Atocha, cuatro días después.

Entramos en la estación,
este viaje será un homenaje.
No es una puerta, hoy,
para algunos hacia ninguna parte.
Todos nos movemos en silencio,
nos miramos a los ojos.
En la atenta mirada,
todos vemos nuestro dolor
en los ojos de los otros.
Nos conmueven los ojos
cerrados para siempre.
Y como si quisiéramos entregar
cada una de las imágenes,
miramos el andén,
los ramos de flores frescas,
las velas encendidas y todos los escritos
colocados con esmero en el suelo.
Miramos las vías paralelas,
el infinito vacío en la distancia.
Miramos el tren que se acerca y se para.
Subimos lentos a algún vagón,
y el tren inicia tan suave su marcha.
El pitido, al cerrar las puertas,
rompe la paz del silencio
para aunar más las heridas calladas.
Queremos ver con los ojos
de los que ya no pueden ver
todo lo que nosotros miramos,
darles lo que nosotros vemos,
y queremos que estén sentados
a nuestro lado,
aunque no nos conozcamos.
Y que miren los balcones, las ventanas,
los edificios desiguales,
la ropa tendida y blanca,
esas montañas azules,
los grafiti de colores
y las obras en marcha.
Con qué suavidad se mueve el tren,
todos vamos serios, ocultos y presentes,
con el mismo pensamiento.
Enviamos, ¿a quién?, imágenes
de lo que vemos:
los brotes de las plantas,
un árbol con flores de primavera,
los carteles publicitarios
y el humo de las chimeneas.
También en los chicos que miran,
atentos desde un puente,
se sospecha una mirada nueva.
Todo ha cambiado de significado:
los caballos,
las cercas,
la primavera incipiente
y el próximo verano,
estos polígonos industriales,
esos coches aparcados,
los apeaderos vacíos
y otros, que miran quietos,
desde un camino cercano.
Todo está visiblemente afectado:
las grúas,
las excavadoras,
los páramos.
En la estación de Santa Eugenia
nadie en los andenes,
lacradas velas solas y flores frescas
bajo el sol tenue de mediodía.
Opresión en la garganta,
hasta los vagones tiemblan.
Con el rigor del recuerdo
vibran en el silencio.
En el Pozo del Tío Raimundo,
en lo hondo,
se cruza una valla saturada
de flores, fotos, papeles, palabras,
velas de sangre encendida,
que ni el viento, ni la lluvia del cielo
quieren apagarlas.
No existe razón que justifique
tantas muertes destrozadas,
tantos seres adheridos al dolor,
tanto silencio contenido.
Nos queda el último tramo
hasta el grito unánime convocado
sobre la estación de Atocha.
Una amplia y quebrada corona
bajo un lazo roto de lágrimas,
con flores amontonadas,
con fotos fotocopiadas,
con voces de aliento,
desde ciudades lejanas y cercanas,
con velas encarnadas
en un pausado latido
de llamas y de miradas.


Arantza Salaberría



10 marzo 2010

.. en las profundidades del amanecer


Amanecí con la profudidad del mar, todavía el eco de la orquesta, los actores sin querer abandonar la escena, ni yo mi butaca, con los ojos cerrados, la luz del día aclaraba mis párpados.
Di la vuelta, pegué la cara a la almohada para no perder la música, sujeté los finos hilos del sueño, y surgió de esas profundidades la voz de Alejandro recitando “Vértigo”, la energía de Alejandro recitando una y otra vez ese poema, Alejandro transformado, Alejandro lanzándose:

Lo publicó el martes 27 de febrero de 2007: VÉRTIGO, con una interesante reflexión sobre su poesía.

Escúchalo en voz de Alejandro Aura:

Y puedo jurar, jurar y jurar (¿no escuchan el grito?) que apenas hoy he comenzado a entender.

09 marzo 2010

Ronda por tres caminos para un amigo viejo: dos



RONDA POR TRES CAMINOS PARA UN AMIGO VIEJO

Dos:


Ah sobre mi amor empapelado
cayó una golondrina,
tú le rompiste el nido, idiota,
tú me rompiste el mediodía
buscando sus caderas.

Ahora me detengo un poco, vengo al mundo un día de mayo,
subo a la tierra de mis gentes, canto:
yo te apesto desde ahora para siempre que te nombre.

Y eso no era todo,
que en mis manos rondaban los machetes.


Escúchalo en voz de María Aura:

08 marzo 2010

.. en un diálogo sobre la memoria


Cuando memoricé el poema "Con que ojos nuevos te veré vida", hacia años que no ejercitaba ese músculo y el proceso me resultó muy interesante, me surgieron cientos de preguntas. Al venir a México lo hablé con Marta Aura, deseaba que me contará su experiencia como actriz de teatro, tenía ella en esa época !tres monólogos en la cabeza!.

Ahora como si las preguntas se hubieran lanzado al infinito, encontré este texto de Alejandro en su archivo donde habla exactamente del proceso de memorización del actor, como camino para alcanzar, "situarse en el mundo del arte". El texto se refiere a la función de "La historia del soldado, del 12 de septiembre de 1993, que fue extraordinaria ... los actores habíamos logrado eso que en otras ocasiones he llamado inspiración; cada uno en su alma interna supo que había ocurrido ese fenómeno que justifica las labores arduas de la profeción teatral: la memorización; la afinación del oído para percibir los tonos del interlocutor y la capacidad de emisión de la voz para lograr esa especie de música que se instrumenta con las voces que dialogan y que consigue que lo dicho tenga un sentido para los espectadores...."

Y así desarrolla un ensayo intentando desentrañar las piezas que componen esa magia.
Aquí transcribo los párrafos que hablan de la memoria, en los que responde a mi curiosidad de inicios de año:


TEORÍA DEL SOLDADO
12 de septiembre de 1993

La memoria del actor ese músculo flexible y potente, pasa por varias etapas. Primero el actor ha leído el texto y ha fotografiado en forma más o menos inconsciente su totalidad, digamos que ha guardado un primer negativo, por así llamarlo, en los estratos internos de la memoria. En los trabajos que son de lectura como el radio, los doblajes, las locuciones de todo tipo, es muy común observar que los actores se equivocan a la hora de grabar exactamente en los mismos lugares donde se equivocaron en la primera lectura; las fallas quedaron retratadas en el negativo hecho en el momento de leer el texto, y su segunda o tercera lecturas son cada vez más superficiales y dependientes de la primera. En la lectura definitiva, la de la grabación, ya no sólo lee lo que dice el texto sino que está buscando en su bagaje interior las emociones y las sensaciones que le ayuden a matizar la lectura, a dramatizarla, a darle verosimilitud y, si se puede, belleza.

A continuación el actor lee el texto que va a memorizar haciendo una primera división de bloques de intención, de sentidos, de direcciones del discurso. ¿Por qué habla de esto? ¿A qué se refiere cuando dice aquello? ¿A quién habla? ¿Con qué objeto tiene que decir tal o cual cosa? Un montón de preguntas que tiene que ir respondiendo para hacerse una idea del modo como puede (y debe) abordar el personaje, porque si memoriza mal el trabajo de enderezar el sentido puede volverse demasiado pesado e ingrato.

El siguiente paso que ha dado el actor en la memorización del texto ha sido el de la acumulación y repetición de frases sin ver el texto anterior, que ya debe estar en un primer estrato de la memoria, sino viendo sólo el fragmento que va a incorporar. Ejemplo: una mañana; una mañana temprano; una mañana temprano de domingo; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris, salí de casa; una mañana temprano de domingo, lluviosa y gris, salí de casa y me dirigí al metro… etc. Ha vuelto, una y otra vez a hacer el ejercicio de repasar, con susurros, el texto, valiéndose para fijarlo de todos los elementos posibles de la memoria: el tamaño de las letras, las manchas del papel, la disposición del párrafo en la hoja, la cercanía de unas palabras con otras, las evocaciones que sugieren las frases, y un mundo, en fin, de sutilezas que en cada caso particular hacen el paisaje de la memoria.

No tan fácil es repetirlo ante los demás. Uno se siente muy bien con su conciencia porque ha trabajado, ha memorizado la escena que el director pidió, ha hecho su tarea y va muy orondo al ensayo. En el noventa por ciento de los casos lo que uno ya podía repetir a solas en voz baja sin ver el papel, como si se hubiera desvanecido huye y nos escatima la posibilidad de presumir de aplicados....

07 marzo 2010

Ronda por tres caminos para un amigo viejo: uno



RONDA POR TRES CAMINOS PARA UN AMIGO VIEJO



Uno:


Efraín Huerta,
agua del mar,
botella vieja,
eras mi amigo, camarada.

Ibamos a mirar el bosque
plantado a partir de tu ventana
y recibíamos en silencio la paz de los humanos.
De hombre a hombre, botella,
estuve entonces quieto y convencido.

Hago como que no me acuerdo
para no estar triste.
Pero la mano me sigue siendo piedra y flor
y sigo siendo alegre y tonto
con un gallo de viento en la cabeza.

Pero digo, paisano,
yo era el último cristo de tu especie.
Qué vas a hacer ahora
que nadie te pregunte de todo corazón
por un acento.
Qué vas a hacer tan solo en el espacio.

Te hiciste polvo
para que todos te respiren, Huerta,
para que andes anónimo en la tarde
con tus millares de palomas blancas,
con tus azaleas camina que camina,
con tu novia urbana de piedra y geografía;
polvo te hiciste
para entrar en el muslo de las niñas
a oír el aria del misterio,
para entrar en las axilas torcazas
de la ciudad en que vivimos.

Hulla te hiciste, astuto,
y vuelas
y rondas las camisas de los tendederos
y rondas mi corazón un poco
y rondas las casas de los pobres
como una paloma de San Juan
que tiene frío.

A secas dejaste en el pan de ser mi amigo,
en el camión, en la garganta,
en este siglo
y en la lluvia y su dios aquel de la piedrota.

Agua del lago viejo,
sacristán de qué campanas,
me acuerdo bien de que nos dimos la mano
muchas veces.


Escúchalo en voz de María Aura:

06 marzo 2010

.. en Ulises recorre México (16 a 20)



La cuarta entrega semanal.

Capítulo 16:
Capítulo 17:
Capítulo 18:
Capítulo 19:
Capítulo 20:

05 marzo 2010

Nada sucede aquí


NADA SUCEDE AQUí


para Fernando Córdoba Lobo




Esta mañana es diferente todo,
hay algo viejo y grande y desleído.
Irregular como el siglo, el aire está latiendo;
las montañas parecen recortadas,
hechas de abajo para arriba, suspendidas.
Y todo este paisaje, grave y rencoroso,
nos llega como piedras a los ojos.

Un hombre dirá que aquí nació.
Habrá de preguntar por su episodio.
–Nada, señor, el tiempo es oficial. Nada sucede.

Pero los ancianos se quejan de la muerte.
Como que aquí no ha sucedido nada,
como que este mismo lugar ha estado quieto,
¿a través de qué muertos, de qué tiempo?
¿a través de qué fusiles ha estado inmensamente quieto?

Esta mañana, sin embargo, es diferente todo.
Andale, cuento, comienza a revelar la sangre,
di lo que te piden los señores.

En qué país naciste,
y a qué hora de su historia,
y en dónde consumiste el ruido voraz que te dejaron.

Cuéntales desde dónde el sol se te quedó estancado;
cuéntales de cómo se murió, lleno de luz, tu abuelo,
de cómo te parió tu abuela desde entonces,
de cómo te quedaste sin nombre todo el rato.




Meshico es una vieja palabra con millones de espejos
en donde cada quien respira la imagen que le toca.

Alguien se levantó con hambre a media noche, siempre,
y no escontró qué comer ni qué ponerse,
y en este globo que digo
van metidos los años y los años,
alguien también se levantó con hambre a media noche
y se encontró a los prójimos dormidos.

Cuándo, occidental a medias, cuándo,
humano a medias, escorpión, hermano, cuándo.

Alguien cogió macana
y alguien más en el mundo
tuvo miedo.

Alguien llegó del mar;
ay mar, ay mar,
recapacita.

De qué manera nos llovió la muerte desde entonces.
De qué manera la esclavitud tuvo sus hijos.
De qué manera la soledad se aposentó en mi trono.
Ay mar, ay mar,
qué manera de estar una nación
muriéndose a pedazos,
qué manera de no volver a ser
nunca uno mismo
con su aire y con su casa.

Pero la historia es una nota ronca
que no puede ser cantada con violines.



Rasguémosle el color al apisodio negro,
nadie tiene necesidad de lastimarse.

Si una noche dijo su grito el cura
y todo sucedió como se sabe,
el fusil para todos,
la horca y el cadalso para todos,
flores para el engaño todos,
bien les haya, que el pueblo los llora y los recuerda.

Hay siempre y cada vez nuevas campanas,
y siempre y cada vez hombres del barro
que se cuece en el sol de nuestra sangre.

Los siglos, señores,
nunca han tenido más de cien disparos enemigos.

Hay que seguir entonces,
hay que seguir tocando al corazón de cada historia.

Díganme la primera palabra
y yo completaré el terror de lo que pasa
con yambos de madera.




Ponte de pie, recuerdo,
que hoy vas a llorar
lo más amargamente
que has llorado.



Si el hombre tuvo dolor en su contorno,
tuvo al menos dolor que cobijarse.

Si tuvo que aparecer como suspiro el hombre,
tuvo al menos el aire que lo armaba.

Pero la muerte, ¡puta!,
es no tener nunca más nada.



Todo el que pasa por la calle
tiene en su haber una paloma,
hay que ser consecuentes
con los hombres que pasan y nos miran
y no comprenden nada.
Al menos si dejamos de decirles
negro y crimen
y chacales de miedo agazapados en las puertas
y
se murieron tu padre y tus hermanos
y tu niña y tu hijo
y tú no sabes nada,
y es que otra mañana
estalló su polvorón la muerte.
Revolución de azúcar
para el café más negro de la historia.
Aplástate carmín
en el charco de sangre de los nombres.
Hay que tener presente el amor a los humanos
y no decirles nada.
Este país tuvo su esponja de mezquite
y nadie supo nada.
Bendíceme, sonaja,
voy a traerte el pan de esta mañana,
y nadie trajo nada.
En el hollín del aire
se han quedado libres
los olores de muerto.
Un millón de muertos
para que se llenen los libros de lecciones.
Un millón de muertos
y nadie supo nada.
Abran el cajón de la esperanza, nos ahogamos,
nos van a encontrar ya congelados de horror cuando amanezca.
abran la puerta,
abran todo lo que se pueda abrir en este siglo.



Pero decir así las cosas es decir que en la tierra
existe el odio
y aquí nunca hemos tenido más que amor
los unos a los otros.

Pero decir las cosas es negar que la paz
exista en nuestra tierra,
y no puede ser
porque la paz
la hemos llenado de banderas.

¿O alguien, antes, quisiera agregar un cementerio?
¿Como que todas las mañanas nace pequeño un árbol?

Pues al camino entonces,
que se siga descorriendo el tul de la montaña.

Porque aquí nada sucede,
el tiempo es oficial.
Una bandada de mariposas
hace funcionar los engranajes.
La historia,
en un enorme acueducto sin trabas y sin diques,
corre cristalina y pura
a la boca de todos los niños transparentes.
Nada sucede aquí,
más que manzanas,
más que tranquilas auroras
y tranquilos crepúsculos dorados.
Una muchacha lindalleva la ropa de la patria,
y nos hace una seña
y acudimos,
y ella desaparece
como un beso
plantado a las estrellas.




Escúchalo en voz de María Aura:

04 marzo 2010

.. en este olivo urbano



En esos días su mirada era tan triste,
la dejaba perdida en cualquier rincón,
la primavera no llegaba,
las fuerzas se alejaban.
Fue cuando dijo “estoy desolado”
suave pero sonó como grito,
se me clavó en la sangre.
Y salimos a pasear,
abrazados, como si pudiera
consolarle o retenerle.
“Acercate al olivo”,
le dije,
silencios hondos, urbanos,
les tomé la foto, para siempre.

03 marzo 2010

Hermano III



III


Por eso de la fugacidad de todo lo que dije
y porque mi corazón no tiene calma
y por no ser soberbio con la suerte
ni soberbio jamás con el oficio,
y para luego no estar tenso y seco caminando,
tenso y seco de fe y caminando roto por adentro;
por esto y por humanos que venimos todos
y el morral que trajimos, y la muerte, hermanos, y la muerte,
y porque a flor de pellejo, expuesta, tengo el alma,
quiero que sepan que el sol viene a mi casa
y departimos
y otros viejos amigos me acompañan.


Escúchalo en voz de María Aura:

02 marzo 2010

.. en otro dos de marzo



Quise dejar el día de hoy para hablar de nuestro cumpleaños y me salté la alternancia de los poemas.
Le doy vueltas a qué palabras, imágenes, enlaces utilizaré para estar a la altura del día, para que la celebración se comparta allende los mares y allende los cielos. Y al llegar el momento todo se resuelve con la fluidez de un riachuelo de agua clara, con dos peces azulados dejándose llevar.

Elegí estos enlaces para llevaros a su blog, los dos últimos cumpleaños que celebramos juntos: 2mar2007 y 2mar2008

Elegí este poema encontrando en el archivo de Alejandro, escrito el dos de marzo de 1962:

Lo primero que supe fue la soledad.
Nací solo.
Pero me engañaron,
me hicieron creer
que el mundo estaba lleno
de senos
color de leche caliente,
de palabras dulces de madre.

Dieciocho gritos seguidos.
Dieciocho árboles deshojados
y vueltos a florecer.
Las frutas podridas se caen dieciocho veces
del árbol de las palabras.

El mes de marzo es marzo nuevamente
y me recuerda mi soledad.

Dieciocho veces
dos de marzo.
Y aún estoy mudo.
Dieciocho veces
he dejado escapar mi voz
hacia mi propio sonido.

Ahora es el día de la única verdad:
el tiempo.
Es el día de las manos
y los brazos que abrazan el vacío.
Es el día de las palabras
que gritan su silencio hueco.

Dieciocho veces
he contado mil años,
uno a uno,
uno a uno,
con los dedos,
con la voz,
con el deseo.

Dieciocho lágrimas contadas.
Dieciocho bocas leprosas.
Dieciocho pasos
marcados con cicatrices.

El principio es la promesa del final.
La bolsa transparente fue mía nada más.
Estaba solo en el principio,
entre voces ajenas,
entre caricias ajenas.

Dieciocho veces
he vuelto a escuchar las voces
y a sentir las manos ásperas
que fingen las caricias.

Dieciocho veces de llanto.
Dieciocho de soledad.
Dieciocho silencios.
Dieciocho marzos.
Dieciocho veces.
Dieciocho.

Y confieso que hubiera elegido la luna para redondear la celebración, para bailar un danzón, pero me dijo que para la próxima será.

01 marzo 2010

Hermano II



II


Toda esta vez que anduve caminando
si tuve miedo fue de estarme quieto,
este...de que muy bien comido me quedara quieto,
o de que el sol –como dijeron– se quedara quieto;
porque de ver cansancio y hambre y lo que vemos,
o de que alguien me vaciara su odio en la barriga
(si acaso de que el amor no fuera como pienso)
la verdad es que no tuve miedo sino prisa,
tácitamente loco, tuve prisa,
como el que va corriendo a su trabajo;
si acaso un poco de miedo por los niños,
otro poco, si acaso, por las flores;
pero por mí, por ustedes, por esto que esperamos
–amplias calles tranquilas en el alma–
más que otra cosa tuve prisa,
por eso me ven como nervioso un poco.


Escúchalo en voz de María Aura: