28 noviembre 2009

.. en el amanecer de un 28 de noviembre


El ventanal de la habitación devuelve la vista de la ciudad, la noche engulle toda su fealdad y construye un ficticio cielo abarrotado de estrellas. Decido dormir con las cortinas abiertas, para sentir el amanecer de la urbe. Solo consigo despertarme a cada hora para comprobar que el cielo no tiene todavía ni rastro de claridad. Creo que la ciudad me espía y transforma mis sueños en largas e inquietantes historias.
Busco la compañía de Alejandro, ¿cómo fue un día como hoy? le pregunto y me vuelve a contar:

Caballos en la noche

Me ayuda a reconciliarme con el día, con la ciudad de Guadalajara, con el mundo.

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