Tienen nombre propio como todos: Popocatépetl e Iztaccíhuatl, yo ya me los aprendí y los paladeo como la fruta más sabrosa del paraíso, dejándolos unos segundos en el paladar antes de acabar de pronunciarlos.
Están y no están, la contaminación y las nubes se encargan de hacerlos misteriosos durante el año, pero parece que este es el mes en el que deciden presumir de sus blancos trajes de nieve, y protagonizan el horizonte sureste de la inmensa ciudad.
Lupina, ante mi frustración porque mi cámara no puede fotografiar esa maravilla que sí ven los ojos, me envió esta foto que hizo su hermano:
Para ver todas las fotos de Francisco Becerra: volcanes desde la Ciudad de México
Busqué y encontré este maravilloso sueño de volcanes en el blog de Alejandro: 26junio2007: Sueños y Juan
Milagros, soy Francisco, hermano de Lupina y agradezco la referencia a una de las fotos. Habemos algunos a los que los volcanes nos hechizan y nos hacen parar la vida un momento para disfrutarlos, la imagen que se queda en la memoria va llena de conexiones y de remembranzas, la que se queda en la cámara y en la imagen ahora digitalizada, se queda para volver a conectarse con ese momento, ese pensamiento y para poder ver y disfrutar lo que la contaminación, las nubes y el calentamiento global no nos dejan disfrutar todos los días.
ResponderEliminarMil gracias por las fotos y por las palabras.
ResponderEliminarNunca nos cansaremos de contemplarnos... son un gran regalo para el alma. Gracias por compartir reflexiones e imágenes!
ResponderEliminar