Intenté disfrutar del vértigo de la montaña rusa en que se fue convirtiendo la semana. Pero no, no, añoré la estabilidad. Y me dejé llorar, y salieron lágrimas del pasado.
Me dijeron que el tezontle era esta piedra del centro histórico de la Ciudad de México y me acordé de este verso
"Flota la tristeza
como una piedra de tezontle" de Alejandro, y sentí como él se va diluyendo y su poesía solidificando.
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