Tambor interno 22
22
Las palabras rosadas
sorprendidas en el vaivén del titubeo
le dan vena y vestido
al mundo que vivimos.
No digo que el amor es esto y es aquello
porque no vine a decirlo.
No digo más sino que estoy floreado de la piel del alma
y así
saludo el día.
Ay, qué corto tiempo,
qué pequeña canción.
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