16 junio 2010

Tambor interno 22



22


Las palabras rosadas
sorprendidas en el vaivén del titubeo
le dan vena y vestido
al mundo que vivimos.

No digo que el amor es esto y es aquello
porque no vine a decirlo.

No digo más sino que estoy floreado de la piel del alma
y así
saludo el día.

Ay, qué corto tiempo,
qué pequeña canción.

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