01 agosto 2009

Lugarcillo de amar



IV Y HASTA LUEGO


LUGARCILLO DE AMAR

Es fácil hacer un lugarcillo de amar;
tiras con cada mano una piedra,
recorres en vivo, en terco, todas las calles de la ciudad que habitas
cuidando de mirar bien a todas partes
hasta que encuentres un solar a tono;
y tienes que tirar con cada mano una piedra;
luego dices: yo fui, yo fui, cabrones,
y sueltas la carcajada, a ver cómo te va; te felicito.
Pero no tienes que asombrarte de nada, así es el mundo.

Luego vas al doctor y le dices
que ya se te está despedazando el cielo,
que te caen a todas horas pedazos de ala de ángel,
pelos de la peluca de la virgen,
cachos de la uña del dedo que desde arriba te señala,
y le dices que, oiga doctor, que ya no aguantas,
que te cure.

Pero tienes que tirar con cada mano una piedra
porque si resistes tener las dos manos acusadas
sólo te falta ya la culpa metafísica
para salirte de tarugo
y hacer un lugarcillo de amar,
alegre, calientito...


Escúchalo en voz de Marta Aura:


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