02 abril 2010

.. en el susurro de las jacarandas.




estalla su azul violáceo, se asoman acá y allá entre las ramas de los árboles sin flor, alfombran el suelo y el cielo, platean al atardecer cuando la ciudad se va apagando; crece mi asombro, crece, cierro los ojos para abarcarlas, nunca antes las vi florecer y susurran un recuerdo imposible: paseo bajo un túnel de jacarandas de la mano de Alejandro.


Quizá obtuve ese recuerdo de la lectura de “URBIS VS NATURA”:

Desde abajo, desde el pequeño jardín suben las frondas del izote, del ciruelo, de la higuera, de un eucalipto de redondas hojas tornasoladas, una jacaranda que en abril estalla y enloquece a todos los personajes que van saliendo de mi computadora y se enfrentan a ella como su primera imagen de la vida y van con ese plúmbago trauma por el mundo, y un piñón colosal que no me quieren podar por menos de quinientos pesos y que tiene ya varias ramazas secas.


Y yo sea uno de esos enloquecidos personajes.

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