16 agosto 2009

.. en la esencia de la alegría



Llevo tiempo preguntándome de qué está hecha la alegría, de que está hecha la tristeza, llevo décadas con esa pregunta rondando mi ser. El color, la materia, la forma, el origen, la génesis, sobre todo la génesis, por qué un día amanece reinando una y al otro la otra, sin causa aparente o comprensible.

Quizá porque la pregunta rondaba mi mente se hicieron presentes estos primeros versos del poema CARTA A MIS AMIGOS PINTORES de Alejandro, en el que le achaca al sol cierta responsabilidad en el vaivén anímico:


Iba por las calles viendo el esplendoroso andar de las

mujeres bellas, compungido por mi azarosa
consistencia de venado;

a través de la campana de humo, que tarde o temprano
tañerá por nuestra retirada, hendía
el prepotente sol

y nos tocaba con indiferencia las fibras aquellas que
mueven de un lado para otro nuestros estados
de ánimo.

...



No tengo respuestas, pero este último año he avanzado un poco en lo concerniente a mí alegría; los días que amanezco con ganas de bailar, de parlotear, de brincar escaleras abajo, de sonreír, en los días así lo que me sale de dentro es puro “Alejandro Aura”.
(Y puedo asegurar que en los días tristes no hay ni una sombrita de Alejandro, lo cual aumenta la tristeza.)



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